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La torre es la más singular de la ciudad.
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Se vende derecho a la más bella

Una web anuncia la singular entreplanta, de 278 metros cuadrados y con derecho a la torre y parte de la azotea del inmueble, por 465.000 euros

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El adinerado burgués sintió tal congoja por perder a su hija de su vera que quiso tener un extraordinario detalle con ella. Para su bella hija que se hizo monja de clausura en el convento de Feduchy, el comerciante levantó la más fastuosa y bella torre que se pudiera imaginar. Todo fue poco: esgrafiados y almagras, cerámicas y una altura y proporciones inigualables. Partiendo desde los cimientos de la finca (es la única que emplea este sistema constructivo), la torre sube grácil con cuerpos octogonales únicos, profusamente decorados.

El único problema que tenía la cuidada edificación es que no podía verse desde la calle. Tan solo lucía su belleza en rivalidad con otra bella: la hija del comerciante que, en sus horas de recreación, subía a la azotea del convento de las concepcionistas. Esa es la leyenda que envuelve a la conocida como Bella Escondida, una de las más de 120 torres miradores que adornan la ciudad. Seguramente, la bonita historia está jalonada con dosis de realidad, como que el comerciante también buscaba contemplar la llegada de sus buques al puerto y que, desde el mar, todos se sorprendieran del poderío comercial del dueño de tan fastuosa torre. Lo cierto es que ahí sigue, desafiando al viento y al tiempo, tan escondida como guapa.

Solo es visible en las azoteas de alrededor o en el propio palacete que la alberga. Y ahora, ese privativo derecho de verla de cerca, contar sus lacerías, suspirar recordando sus leyendas pasadas y recorrer su laberíntico y extenuante interior de escaleras, se vende. Aquel que lo desee podrá presumir gritando desde lo alto de la torre de terraza más original de Cádiz que tiene el derecho de disfrute de ella.

Al menos así reza en el anuncio que desde hace días luce una destacada web de venta y alquiler. Lo cierto es que la Bella Escondida es la excusa o el derecho único ya que lo que realmente se vende es una de las plantas del singular palacete. Es el entresuelo del inmueble (piso ubicado entre la planta baja y el principal) el que se puede adquirir a una inmobiliaria sevillana que anuncia el inmueble en la web, acompañado de abundante material gráfico. Gracias a esas fotos, puede saberse que los interiores poco tienen que envidiarle a la propia torre. La casa luce solerías originales o repuestas cercanas a la fecha de 1730, de cuando data el inmueble. Además, luce pinturas murales singulares. Buena parte de esta decoración es relativamente reciente, aunque las zonas comunes como el patio conservan todo el lujo de antaño. Así, como explica el propio anuncio «a la casa se le realizo una intervención sobre el año 1850 donde se efectuaron algunos cambios estéticos para adecuarlos a la moda de la época, en 2004 se lleva a cabo una restauración integral del edificio, conservando todos los elementos históricos que la acompañaban para no alterar el conjunto».

La vivienda, en números

En números, la vivienda ocupa 278 metros cuadrados, de los cuales 167 metros son útiles. Además, posee dos dormitorios y un cuarto de baño. «A la vivienda le corresponde una terraza en la azotea y puede disfrutar de las zonas comunes del edificio así como de la torre», como reconoce el anuncio. Y es precisamente ese derecho el que hace que el anuncio sea doblemente atractivo. Por cierto, por 465.000 euros, así que toca aflojar la billetera para una posibilidad exclusiva. Porque la ciudad suspira por poder conocer una torre que es un misterio para muchos gaditanos. De hecho, actualmente, además de los propietarios del inmueble y de los vecinos cercanos, solo pueden verla los que accedan a la turística Torre Tavira. Sin embargo, en ese punto, la lejanía es evidente.

Nada como para recorrer la terraza que la rodea o subir sus escaleras para sentirse uno de esos burgueses que, catalejo en mano, contemplaban el horizonte para ver si había llegado su cargamento de Ultramar. Ese derecho, a la sazón en una torre increíblemente bella, es el que realmente parece estar en venta en este singular inmueble.

El salón del inmueble luce decorados sus muros y techos.