Una de las salas de la planta baja donde se exponen los hallazgos llevados a cabo en la ciudad de Gades.
Una de las salas de la planta baja donde se exponen los hallazgos llevados a cabo en la ciudad de Gades.
cádiz

«El Museo de Cádiz se derrite»

Los trabajadores denuncian el calor asfixiante que llevan padeciendo durante años

maría román
Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El Museo Provincial de Cádiz parece una sauna desde que en junio comenzaron a subir las temperaturas propias del verano. Al parecer, una avería impide que funcione el aparato con normalidad y genera una situación poco saludable para el trabajo, como ha podido constatar LA VOZ. Los ventiladores son la única fuente de aire fresco que se percibe del caluroso ambiente de la sala, mientras los trabajadores y visitantes aguantan como pueden. Así lo han denunciado esta semana los sindicatos en un intento de llamar la atención sobre la asfixiante situación de los trabajadores. Además de la lamentable situación que ofrecen a los usuarios durante la temporada alta de turistas en la capital gaditana.

Trabajadores del Museo a los que ha consultado este medio aseguran que «llevan el día a día como pueden.

Cerca de los ventiladores, repartidos por algunas salas, y con botellas de agua» y algunos compañeros han tenido a veces que acudir a las oficinas -espacios donde si funciona el aire acondicionado- para reponerse. A eso de las doce el ambiente en las salas se hace insoportable para cumplir con la jornada laboral e incluso para las decenas de personas que visitan a diario el museo. «Muchos de los extranjeros vienen varias veces a ver las obras expuestas. No pueden aguantar estar en algunas salas a horas puntas de calor», matiza uno de los trabajadores que no puede dejar de limpiarse el sudor de la frente. Sobre el tiempo que tendrán que soportar este panorama, nadie lo sabe con exactitud.

Comentan que han pasado por allí técnicos, pero el problema reside en las máquinas de aire acondicionado que no dan suficiente abastecimiento al centro. «Es necesario encapsular las salas con paneles de cristal, debido al gran tamaño del patio central. Y eso supone una enorme inversión de la que es impensable en estos momentos», según un delegado de CCOO, con el que este medio a contactado.

«Muchos vienen varias veces a ver las obras para evitar las horas puntas de calor»

La consecuencia más temida la explica Cristóbal Cepillo, responsable provincial del sector de UGT y empleado del museo. «Los trabajadores somos las personas que damos la cara. Es normal que los visitantes se quejen del calor en las instalaciones. Imposibilitando disfrutar de las obras de arte. La sala dedicada al siglo XIX es la peor. Es una pena», aclara Cepillo, muy preocupado por la mala imagen que se llevan los visitantes, con calor, sudores, mareos, y utilizando solo los abanicos que traen, o unos simples ventiladores obsoletos, que están repartidos por algunas salas. A ello hay que añadir, los posibles daños que puedan producir estas temperaturas en las obras de arte, expuestas en el museo.

Hace unos días, los delegados sindicales de UGT en el Museo de Cádiz presentaron al director del museo un escrito elaborado por el delegado de Prevención de Riegos Laborales, del sindicato, haciendo referencia al «excesivo calor» que hace en las diferentes salas y demás dependencias. A través del comunicado alertaban del malestar entre los visitantes y trabajadores ante la falta de climatización, los cuales ya han presentado varias hojas de reclamaciones, en protesta por el calor sofocante, de las salas del museo, y en cuanto afecta la salud de los trabajadores, con unas temperaturas que en algunas salas superan los 33 grados.

Temperatura asfixiante

En este caso, desde el sindicato denuncian, una situación que llevan padeciendo durante años, y que en ningún momento, ha sido solucionado por los responsables, del Museo de Cádiz, ni de la Delegación Territorial de Educación , Cultura y Deporte, de Cádiz, de la Junta de Andalucía, que han tenido las competencias en materia de cultura y del museo, afectando tanto a la salud laboral de los trabajadores, como a los numerosos visitantes, y usuarios, que acuden con ánimo de pasar un agradable rato y que se encuentran unas condiciones climáticas inadecuadas.

«Algunas salas han superado los 33 grados»

El Museo de Cádiz, propiedad del Ministerio de Cultura y gestionado por la Junta de Andalucía, como hoy se conoce nació en 1970 al fusionar el de Bellas Artes y el Arqueológico y diez años después se le encargó a Javier Feduchi un proyecto de renovación que diseñó en tres fases. La primera, el ala occidental y los servicios internos, se inauguró en 1984. La segunda sirvió para rehabilitar las salas expositivas y recuperar el patio central, sede de innumerables actividades. En 1990 se dividió el museo en tres partes: bellas artes, con obras de Zurbarán y Murillo; arqueología, con los sarcófagos fenicios y estatuas romanas como emblema, y etnografía, con un espacio a los títeres de la Tía Norica. Entonces quedó pendiente la tercera fase, que suponía incorporar al museo la actual escuela de artes, anexa al edificio principal. Y esa espera continúa hoy.

Cabe recordar que en este mismo mes, los funcionarios del Juzgado de lo Mercantil de Cádiz también tuvieron que soportar durante días el calor sofocante en las nuevas dependencias del fondo sur del estadio Carranza. En esa ocasión, el calor fue tal que los jueces tuvieron que hacer recesos para que los asistentes pudieran refrescarse.

Ver los comentarios