Construcción de gaseros en el astilero coreano de Hyundai.
Construcción de gaseros en el astilero coreano de Hyundai.
industria naval

El quinto gasero sigue en dique seco

La construcción de un metanero en Puerto Real se anunció en diciembre de 2013 después de que la obra de cuatro buques volara a los astilleros asiáticos

JAVIER RODRÍGUEZ
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La aprobación del nuevo contrato para la construcción de cuatro petroleros en los astilleros públicos ha tapado, en cierto modo, el futuro de la obra de otro proyecto naval que, de momento, duerme el sueño de los justos. Se trata del quinto gasero para la compañía Gas Natural.

En octubre de 2013, el armador noruego Knutsen y el español Elcano adjudicaron un contrato multimillonario al astillero coreano de Hyundai y al japonés Imabari para construir cuatro barco gaseros de última generación. La noticia, a simple vista, no tenía mayor interés, salvo que el cliente de esta operación era la empresa española Gas Natural. La decisión de los armadores provocó un enfrentamiento institucional de calado por abandonar a Navantia en este jugoso contrato.

Los ministerios de Industria y Hacienda se vieron obligados a intervenir con todas sus armas para paliar este fiasco, pero los dos armadores, lejos de arrugarse, echaron más leña al fuego cuando argumentaron los motivos de su decisión. Tanto Knutsen como Elcano pusieron en duda la capacidad tecnológica de Navantia para construir este tipo de barcos y, lo más grave aún, confirmaron que la oferta de la empresa española se presentó fuera de plazo.

El Gobierno de España se vio obligado a buscar una solución para salvar los muebles de Navantia y calmar, al mismo tiempo, los ánimos en los astilleros. Finalmente, las aguas volvieron a su cauce el 9 de diciembre de 2013 cuando se pudo confirmar la contratación de un quinto gasero para Gas Natural, no obstante, Navantia tenía que presentar una oferta competitiva y desarrollar un diseño y una tecnología propia acorde con las exigencias del mercado. El armador Knutsen fue el encargado de pilotar esta nueva operación naval y desde entonces ha gestionado con Navantia dicha oferta.

Los ingenieros pusieron toda la carne en el asador a lo largo de 2014 hasta lograr un proyecto tecnológico muy atractivo a falta solo de concretar su coste. La inversión ha sido el principal escollo de la operación pero, poco a poco, se han logrado ajustar los números. Sin embargo, la operación, de momento, no ha cuajado. Sigue a la espera de un veredicto final.

Fuentes vinculadas a la negociación han confirmado a LA VOZ que esperan noticias de Navantia después de un año y medio debatiendo sobre el asunto. La negociación sobre el quinto gasero se enfrió a finales de 2014 cuando la constructora naval entabló conversaciones con el grupo vasco Ibaizábal para la construcción de los petroleros. El armador Knutsen ha puesto en conocimiento de los responsables ministeriales de Industria y Hacienda la ralentización del proyecto.

Cabe recordar que la construcción del quinto gasero se vendió como la tabla de salvación del astillero de Puerto Real al permitir tres años de carga de trabajo y la posibilidad de entrar de nuevo en el difícil mercado de los metaneros. No hay que olvidar que Navantia abandonó en la década de los noventa la construcción civil de gaseros y petroleros en favor de la construcción militar. En estos veinte años han sido los astilleros asiáticos los que han desarrollado las patentes para la construcción de gaseros de última generación. De hecho, Navantia busca ahora un socio tecnológico para sacar adelante el quinto gasero.

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