PASEO EN BARCO

La historia apócrifa del Puerto de Cádiz

La excepcional perspectiva del nuevo puente o las obras de la terminal de contenedores centraron la atención de la I Jornada de Paseos en Barco

JESÚS A. CAÑAS
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Cádiz tiene 3.000 años, desde hace por lo menos 50 años. Así que si seguimos a esta marcha en la que «ella se quita años y tu sigues cumpliendo, la acabarás cogiendo». En cualquier caso, hace tres milenios que la ciudad y su puerto existen «porque el día de la fundación no soplaba levante, sino a saber qué habría pasado». Y así fue como echó a correr un reloj de gloriosa historia de descubrimientos, viajes y prosperidad venida del mar. La misma que, hoy sábado, entre gracia y desparpajo, reconstruían un teniente de navío y un fusilero de la Batalla de Trafalgar y el mismísimo Cristóbal Colón. Todos ellos, sin tiempo que les refutara la descontextualización, embarcados en un catamarán del siglo XXI y con un colosal puente sobre sus cabezas.

Eso fue lo que ayer pudieron disfrutar las más de 1.200 personas que participaron de la I Jornada de Paseos en Barco organizado por el Puerto de Cádiz.

La finalidad era, como reconocía su presidente José Luis Blanco tras uno de los ocho paseos que se realizaron, «fomentar el diálogo y la integración del puerto con la ciudad». De hecho, la actividad se enmarca en un momento en el que la institución se esfuerza especialmente en abrirse a la ciudad mientras ya tiene listo el borrador de un plan estratégico donde se abordan las relaciones del Puerto con los ciudadanos. «Las ideas se acaban tras decir que hay que quitar la verja. Pero estamos abiertos a escuchar más iniciativas», recalcó Blanco. 

De momento, ayer la institución se abrió a que los ciudadanos conocieran sus entresijos y vistas más desconocidas. Para ello, recurrió a los catamaranes del Consorcio y la interpretación de Animarte. Una combinación que regaló diversión y conocimiento a partes iguales, porque entre los héroes de Trafalgar y Colón reconstruyeron los hitos más destacados de la historia del Puerto y su ciudad. Eso, además de explicar detalles de las impresionantes obras de la terminal de contenedores que tiene ya «la misma extensión que el centro de Cádiz y que permitirá acoger una cantidad de contenedores que si se pusieran en fila llegarían y volverían a Barcelona». 

Entre explicación y risas, muchas fotos en todas las modalidades posibles: paisajes, retratos o selfies. Aunque el protagonista absoluto fue el colosal nuevo puente «con el tramo desmontable que, si es complicado montar una estantería del Ikea, a saber cómo se desmonta eso», como reconocía con sorna uno de los miembros de Animarte. Risas en cubierta, mientras en la proa Blanco departía con los nuevos concejales de Cádiz y El Puerto, Laura Jiménez (Podemos) y Javier Botella (Levantemos). Ellos también descubrían por primera vez las entrañas del Puerto de Cádiz. Ese que se empeña en abrirse a los ciudadanos de la misma forma que él se abre al mundo como una ventana entre el comercio y el intercambio internacional.