artículo

¿A quíen queremos parecernos?

fernando sicre gilabert
Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Esa es la cuestión. That is the question, diría el representante del FMI. Para este organismo no hay dudas. España es un país que pertenece al hemisferio occidental, miembro de la UE y del €, cuyos ciudadanos han alcanzado unos niveles de vida y bienestar inimaginables en el pasado.

El análisis económico y político solo es posible considerando el contexto y el momento. Internacionalización de la economía, globalización y economía de mercado. Tenía razón Fukuyama cuando escribió «el fin de la historia y el último hombre» en el que defiende la teoría de que la historia humana como lucha entre ideologías ha de entenderse finiquitada. Lo que vino a continuación, un mundo basado en la política y economía de libre mercado, que se ha impuesto a lo que el autor denomina utopías tras el fin de la Guerra Fría.

Pero, siempre existirán por los dos extremos de la izquierda y derecha, inconformismos basado en un ataque al sistema existente, sin modelo racional posible que posibiliten mínimamente los cambios que proponen y los fines que inspiran sus políticas. Francia se ha decantado por el extremismo de derechas, con el Frente Nacional y España lo ha hecho por la izquierda, con Podemos. Pero hay una diferencia sustancial entre ambas situaciones. En Francia, el centro de derecha nada tiene que ver con el extremismo de derechas.

En España, los pactos habidos en las elecciones municipales, indican que el extremismo de izquierda, mucho tiene que ver con la izquierda convencional. De ahí que cuando dicen que la situación ahora creada ha supuesto el fin del bipartidismo, es un espejismo en el fondo. Y esto es una cuestión que el futuro votante de las próximas elecciones debe considerar como básica. Votar a cualquiera de los partidos de la izquierda, desde el partido socialista hasta la izquierda anticapitalista y antisistema o radical integrada en Podemos, es lo mismo que votar a una amalgama de partidos que conforman un frente común o popular, con programas inconexos entre ellos, irracionales en el contexto político-económico en el que España se desenvuelve como actor político internacional, pero en el que todos manifiestan de manera inequívoca una finalidad indubitada, desalojar al centro derecha del poder.

Lo malo de ello no es esto, que hasta cierto punto es lógico y entra de lleno en el juego político. Lo peor, sin embargo es anunciar, para ejecutar supongo, el cambio radical de las políticas que han permitido situarnos en la única senda posible de la recuperación, que nos permite crecer y crear empleo, que no es poco. Es mucho, mucho más que lo que los miopes progresistas españoles son capaces de visualizar. Se me olvidaba, es precisamente su miopía y sus contradicciones, lo que le impiden otear el horizonte.

En el fondo y en la forma, las teorías de Hegel y sus exégetas del siglo XX, entre los que resalta Kojève, que defendían que el conflicto y la lucha de clases es el motor de la historia, han decaído desde el fracaso estrepitoso del régimen comunista, demostrando que la única opción viable es el liberalismo democrático, que se constituye en la única opción viable, de ahí que las ideologías quedan postradas en la práctica, donde se impone la economía, con todos los matices que queramos darle, pero matices a fin de cuentas.

Salvo que tengamos algún interés en parecernos a Albania, Moldavia o Venezuela y vivir como allí se vive, lo normal sería considerar lo que el mundo de nuestro entorno advierte y enjuicia de la situación económica en la que nos encontramos. El G7 destaca las reformas llevadas a cabo desde 2012 por el Gobierno, como determinantes del cambio de ciclo. El FMI manifiesta que la reversión de las reformas frenarían la recuperación. Crecer económicamente para crear empleo, es la única solución y en eso estamos. Los ciudadanos tienen que ser conscientes de que es ahora cuando la polarización entre izquierda y derecha es más exacerbada. Muerto el bipartidismo, lo que toca ahora es votar programas de derecha o de izquierda, no hay más.

Ver los comentarios