Loreto elige a su nuevo presidente vecinal con la despedida de José Aragón
La actual directiva se marcha tras un intenso trabajo y con el mal sabor de las acusaciones recibidas desde los cortes de agua
Actualizado:Nueve años como presidente y 35 en segundo plano, pero siempre defendiendo los intereses del barrio de Loreto. No es poco el bagaje de José Aragón en el movimiento vecinal. Hoy deja el puesto. Lo sustituirá un nuevo presidente, una nueva junta directiva, seguramente una nueva filosofía.
Quien llegue se va a encontrar con una de las asociaciones más potentes y consolidadas de Cádiz, con un barrio con equipamientos, totalmente distinto al que se encontró José Aragón hace cuarenta años. Pero también con un barrio en el que el ambiente de pueblo que siempre lo ha hecho especial se ha visto solapado desde hace meses por un clima enrarecido, en el que unos se miran a otros con recelo. La crisis del agua tuvo la culpa.
Sea como sea, José Aragón pone fin a un ciclo fundamental en su vida y en la de su barrio. En el momento de sus despedida hace balance. Se acuerda de todos los compañeros con los que ha compartido trabajo en las juntas directivas a las que ha pertenecido. «Han sido cinco presidentes y una presidenta. Tres de ellos ya han fallecido y ahora los tengo muy presentes», asegura.
Y además de eso, se le llena la boca al hablar de algunos de los momentos más intensos que ha vivido en su etapa como presidente, incluso en los años previos. Destaca en ese sentido Aragón «la inauguración de la plaza Campo de la Aviación con las nuevas pistas deportivas en 2005; luego ya siendo presidente he vivido la remodelación de la plaza Virgen de Loreto, la de la plaza Maestro Maestro Escobar, las mejoras en el Patio de la Fuente..., se han hecho muchas cosas», dice.
También se le han quedado algunas en el tintero. Asegura que ya tiene apalabrada con el Ayuntamiento la construcción de una segunda planta sobre el actual edificio que acoge la Asociación de Vecinos. No ha podido ver hecho realidad un proyecto tan importante como la construcción de las cerca de cien viviendas que el Consistorio tiene previsto levantar en el triángulo de terreno ubicado entre Loreto y Puntales y que pasa a ser propiedad municipal en virtud del convenio suscrito entre esta administración y la Junta de Andalucía. Y hay más. Una de sus grandes ilusiones era crear «un consejo de barrio en el que se reuniesen representantes de la Asociación de Vecinos con otros del Centro de Salud, de la parroquia, de Cáritas, del colegio, de forma que se pudiera mejorar la coordinación. Pero no ha podido ser, no me ha dado tiempo», se lamenta.
Desmotivados
Junto a él se marcha toda su junta directiva. La desmotivación ha podido con ellos. Desde que a finales de septiembre del año pasado se produjeran los primeros cortes de agua, primero en el Patio de la Fuente y después en el conjunto del barrio, hay muchos que les han atacado por su actuación. Consideran que no reclamaron al Ayuntamiento lo que debían y aquello provocó un clima insoportable para los directivos de la asociación, que llegaron a denunciar públicamente insultos e incluso una agresión en plena calle.
«Luego se fue calmando la cosa», cuenta José Aragón. De hecho, el grupo más beligerante durante los cortes de agua, los que más pidieron la dimisión de la directiva, se fueron disolviendo, incluso hubo un acercamiento a ellos. Pero surgió entonces otro grupo con el que continuaron los conflictos. «Había intereses creados para coger la Asociación», dice Aragón. Una de las cosas que más le ha dolido es que incluso llegaran a acusarles de no presentar las cuentas del colectivo. Y por eso ya decidió que no podían pasar.
Y en estos nueve meses que han pasado desde entonces, Aragón y su equipo han querido acabar algunas cosas pendientes, como «el homenaje a la tercera edad, la fiesta de los Reyes Magos y la fiesta de Carnaval». Esto no es más que una muestra de lo mucho que se ha trabajado en este colectivo vecinal para trasladar hasta la otra punta de la ciudad lo que a nivel oficial parece que está reservado solo para el casco antiguo.
Con todo esto, José Aragón reconoce que se va «con dolor de mi corazón». No es la forma en la que pensaba dejar la actividad en la Asociación. «Yo ya tenía claro que no me iba a volver a presentar, pero pensaba que íbamos a acabar cuando estaba marcado en el calendario, en 2016, tras diez años como presidente», dice. Pero los problemas sobrevenidos han acelerado los procesos.
Sabe que le va a costar, de hecho, tiene claro que no se va a desvincular del todo. «Yo voy a seguir participando como socio. Además está en plena constitución una nueva asociación de jubilados y pensionistas en el barrio y voy a formar parte de ella. Aparte, estoy dispuesto a ayudar a quien se haga cargo de esto en lo que sea», afirma.
A nivel personal asegura que no se va a aburrir. Tiene una gran familia, que probablemente sea la que más agradezca este descanso. «Ellos lo han pasado mal en esta última etapa», reconoce. Aparte de eso cuenta que seguirá vinculado a su sindicato y otras entidades, porque «soy una persona muy activa».