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«He tocado fondo y no voy a parar de robar»

Tras nueve detenciones en poco más de un mes, el juez envía a prisión al 'Pecas', un ladrón violento muy reincidente de La Isla

silvia tubio
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Jesús P. V. alias 'el Pecas', tiene más antecedentes policiales que años de vida. 64 versus 32. La primera vez que pisó una comisaría tenía 17 años y desde entonces no ha parado de entrar y salir de prisión. En su expediente hay un espacio en blanco entre 2003 y 2012, pero no fue fruto de la reinserción. No había dejado de robar motos y pegar tirones a ancianas. Cumplía una condena en prisión y no podía tocar la calle. Porque cuando lo hace, regresa de manera compulsiva a las andadas.

«Es un caso perdido. No acepta las reglas. No quiere vivir en sociedad». Habla el jefe del grupo de Delincuencia Urbana de la Comisaría Provincial que ha detenido a este isleño por última vez.

El Pecas es el vivo ejemplo del fracaso del modelo actual de reinserción. Sus ingresos en prisión no sirven ni para que recapacite ni para combatir el otro gran problema que tiene: su adicción a las drogas. «He tocado fondo y no voy a parar de robar». Así lo ha admitido abiertamente a la Policía y su argumento es sólido, aunque desesperado y carente de cualquier ética: tiene que pagarse sus dosis. «Y cuanto más dinero tiene, más gasta», dice el agente mientras espera con cierta impaciencia la llamada de los juzgados de San José, en la capital gaditana.

Este miércoles por la mañana llevaban ante el juez al Pecas como responsable de un robo violento a una mujer en la Laguna, ocurrido este pasado lunes. Le quitó el bolso por el método del tirón y la dejó lesionada en la calle. La Policía Local lo detenía en la plaza de Jerez poco después antes de que pudiera escapar de la ciudad.

La pasada noche la pasaba en los calabozos, medicado para soportar el síndrome de abstinencia. Aunque su fecha de nacimiento diga lo contrario, se comporta como los viejos delincuentes: apenas habla y no colabora.

Esta vez la Fiscalía ha pedido su ingreso en prisión provisional después de que Jesús P. V. haya sido arrestado nueve veces en poco más de un mes y en las ocho anteriores quedara en libertad con cargos. El 22 de abril salió con la condicional después de haber cumplido una condena de tres años de cárcel por robo con violencia y desde entonces ha sido arrestado cada semana varias veces por hacer siempre lo mismo: roba una moto y elige una mujer de avanzada edad para arrebatarle el bolso. No se complica, busca víctimas fáciles.

Atrincherado en casa

Tan sólo hay un episodio distinto en esta sucesión de asaltos desenfrenados. Hace unos días, tres individuos fueron a buscarlo a su casa de San Fernando, en la calle Cruz Roja Española. Querían ajustarles las cuentas. Le acusaban de haber robado la bicicleta de la sobrina de uno de ellos. La historia acabó en pelea y con el Pecas atrincherado en su casa. Fuentes policiales confirman que al ir a detenerlo se encontraron con 'trampas', objetos y armas caseras que el delincuente tenía guardadas en el entorno de su casa para usarlas en caso de emergencia. En su barrio de la Ardila, dicen las mismas fuentes no es muy querido.

A las 14.00 horas, el jefe del grupo de Delincuencia Urbana no había sido informado aún de que el Pecas regresaba a Puerto II y era muy cauto ante esa posibilidad. «Hasta que no vea el auto no me lo creeré. En las anteriores ocasiones habíamos presentado atestados bastante completos y lo pusieron en libertad con cargos». Desde Fiscalía sostienen que en algunas de esas detenciones no estaba nada claro la autoría y por eso no se solicitó la medida cautelar de prisión.

Este delincuente experimentado suele actuar con un casco integral, dificultando la identificación de las víctimas. «Muchas de ellas son ancianas y están atemorizadas. No quieren ni salir a la calle. En estos últimos días, cada día que llegaba a comisaría miraba los partes y rezaba para que ninguna mujer hubiera sido asaltada. Ya nos ha ocurrido que al cabo del tiempo nos enteramos que una anciana que ha sufrido un episodio de este tipo y sufre secuelas psicológicas, acaba falleciendo».

Esta vez, una testigo pudo identificar sin lugar a dudas al ladrón con el bolso de la víctima. Es la prueba que ha llevado a Jesús P. V. a prisión provisional, firmando el antecedente número 64.

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