trayectoria

Villegas, un caballero de Huelva con estrella en Cádiz

Enrique Villegas deja un legado de coplas que ha sido reconocido con una estrella, una calle y como pregonero

antonio m. de la vega
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Cuando internet no había universalizado el acceso a las coplas del Carnaval de Cádiz, cuando la televisión no se disputaba los derechos para retransmitir el Concurso, cuando los comparsistas no hacían bolos por las discotecas de media España, 'Los escarabajos trillizos' emigraban de Cádiz para convertirse en todo un fenómeno musical, rebautizado como 'Los Beatles de Cádiz'. Corría el año 1965 cuando el grupo de Enrique Villegas triunfaba en los escenarios españoles e incluso americanos. Grabaron discos y hasta participaron el algunas películas.

Fue pionero hasta en eso. Y tal como se fue, supo volver con humildad y sin perder un ápice de su genio. Quizá por eso don Enrique Villegas Vélez (Ayamonte, 1923) es para todos un caballero. Hombre elegante, discreto, amante del Carnaval y de su familia por encima de todo.

En muchos casos esos dos amores se mezclaban. Padre de familia más que numerosa en número y en talento, disfrutó más del éxito de sus hijos que del suyo propio.

El onubense más gaditano es de los pocos que en el mundo del Carnaval ha recogido no solo el cariño, sino también los reconocimientos merecidos en vida.

Merced a su prolífica y exitosa carrera carnavalesca, con casi cuarenta agrupaciones firmadas, recibió en 1979 el Antifaz de Oro. En el año 1999 se coronó como pregonero del Carnaval de Cádiz y recibió el Oscar honorífico de la fiesta, el Baluarte del Carnaval. En 2004 fue reconocido con la Medalla de Andalucía y fue nombrado Hijo Adoptivo de Cádiz.

Tal es su relevancia en el mundo del Carnaval que tuvo el honor de inaugurar con una estrella con su nombre el Paseo de la Fama de la plaza del Falla. Enrique Villegas y Paco Alba fueron los primeros. Y hace menos de un mes recibía un último reconocimiento de la ciudad de Cádiz, que le regalaba una calle con su nombre frente a la playa de La Caleta, entre la calle Antonio Burgos y la plaza Paco Alba, en el límite de La Viña, cerca de las plazas del Tío de la Tiza y de Macías Retes.

Recibió también el cariño del mundo del Carnaval en numerosos actos. El Ayuntamiento le rindió un homenaje en julio de 2013 en el Auditorio de Costa Rica con motivo de su 90 cumpleaños. Siempre participaron en estos reconocimientos las más importantes figuras del Carnaval. Y quienes nunca le fallaron, como él mismo decía, eran los comparsistas que alcanzaron con sus letras y músicas la gloria, algunos de ellos miembros de su antología.

Para el recuerdo quedan algunas de sus agrupaciones míticas. Tocó casi todos los palos de la fiesta. Empezó en 1961 con el coro ‘Los del celeste imperio’. Luego hubo alguna chirigota y, sobre todo, comparsas. Algunas de ellas han dejado recuerdos imborrables, como ‘Los dandys negros’, ‘Braceros de pueblo’, ‘Hombres lobo’, ‘Los hijos de la noche’ o ‘Quince piedras’, aparte, claro está, de la ya mencionada ‘Los escarabajos trillizos’. Su último paso por el Falla fue con la comparsa ‘La serenata’, en el año 2010.

Pero no solo cantó. También le cantaron. Lo hicieron los que aprendieron del él. Martínez Ares le llamaba en un pasodoble de ‘Los templarios’ «el príncipe Enrique Villegas, caballero de la gran piera cuadrá».

Villegas representa a lo mejor de una generación con la que nació la comparsa. Compitió mano a mano con Paco Alba, con Pedro Romero o con Antonio Martín, el único que mantiene encendida la llama de los viejos copleros, como a él mismo le gusta llamarse. Aun así no es un hombre recordado por polémicas o enemistades, sí por su calidad como autor y como persona.

Se marcha pues uno de los más grandes nombres de la fiesta gaditana. Onubense de nacimiento pero gaditano de residencia, corazón e inspiración, Enrique Villegas deja una de las herencias más valiosas de la historia del Carnaval: sus coplas.

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