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Miguel Ángel Maján: «Nuestra cuadrilla era un grupo de buenos amigos»

El histórico capataz de la Virgen de los Desamparados recuerda su etapa como cofrade, siempre junto a Salvador Ramallo, con quien compartió más de 25 años en El Caído

a. mendoza
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Miguel Ángel Maján de Baena, ‘Poleo’, recuerda como si fuera ayer la primera vez que salió con El Caído. «Era el año 1965 y cargamos la Virgen veintidos cargadores y el capataz era Rafael Barroso. Yo empecé porque había hecho una promesa que además se cumplió». Rememora que entonces eran muy jóvenes y todos tenían mucha ilusión. Era la primera vez que en Andalucía los cofrades sustituyen a los cargadores profesionales. Entre esos primeros hermanos cargadores estaban además de Maján, Curro Herrero, Fernando Ortiz Valdés, Curro Martínez Jiménez, Fernando Álvarez, Curro Torrecillas, Eduardo Rodríguez Villamil, Javier González Santiago o Bernardo Periñán Salguero.

Maján cargó la Virgen de los Desamparados en 1966 y en 1967. Un año más tarde esta cuadrilla de hermanos cargó el Cristo mientras que la Dolorosa la llevó una cuadrilla de profesionales.

En 1969 Miguel Ángel Maján se hace capataz de la Virgen mientras que Salvador Ramallo ‘Malleto’ se encarga del Cristo. Los dos forman parte muy importante de la historia de esta hermandad y de la cuadrilla de hermanos ya que desde 1969 hasta 1994 estuvieron al frente de los respectivos pasos por las calles de Cádiz. «La primera vez que llevé el paso como capataz recuerdo que me aprendí el itinerario de memoria, cada maniobra del recorrido porque claro yo no había hecho eso nunca. Ya en el 94 teníamos 45 años y entonces existía una norma y era la edad máxima que se podía estar y nos retiramos. Tanto Malleto como yo hemos estado 25 años de los que solo guardamos buenos recuerdos».

Los comienzos nunca son fáciles y en este caso no se rompió esta premisa. ‘Poleo’ destaca que esta cofradía no estaba entonces patrocinada por nadie. «No teníamos dinero y debíamos elegir. El que teníamos lo dábamos a los pobres y también para becas de estudio en vez de gastarlo en contratar una banda de música. Y otra cosa que hacíamos era que utilizábamos las flores de segunda mano del Cristo de la Misericordia. Íbamos a las dos de la mañana del Lunes Santo y las cogíamos y después nosotros mismos las colocábamos en el paso». El histórico capataz de la Virgen de los Desamparados rememora también que en esos inicios pocos creían que estos jóvenes pudieran sacar los pasos a la calle. «Los niños de El Caído no van a llegar, comentaban... y sin embargo salíamos adelante porque El Caído siempre salía aunque lloviera. Alguna vez hemos estado nosotros solos el Martes Santo. Además, nosotros llevamos muchos años El Resucitado y también nos llamaban para hacer muchos traslados, como el del paso de Descendimiento desde Sagasta a la Plaza de las Viudas».

Entre sus recuerdos Maján guarda como un tesoro una foto del año 1979. Para él fue una Semana Santa diferente ya que se había roto la pierna tras caer mientras cantaba con el coro ‘Los Buhoneros’. «Esa vez tuve que ir vestido de paisano y con la escayola con cuidao de no resbalar y volver a caerme». Muestra la imagen con orgullo. Está tomada en el patio de la capilla de Jesús Caído. Aparecen las dos cuadrillas (del Cristo y de la Virgen). Maján nombra uno a uno a los hermanos cargadores. Pese al paso de los años no olvida los rostros. Entre ellos están Antonio y Joaquín Fernández Repeto, Julián Elorza, José María Otero, Ignacio de la Varga, Antonio Valiente, Fernando Rodríguez Murillo, Miguel García, Manuel Catalán, Federico Joly, Juan Miguel Ramos, José Sánchez...

‘Poleo’, como le llaman sus amigos, habla un poco del pasado y del presente, de los cambios y tendencias. «Aquí están los que quieren seguir con el estilo gaditano y los que quieren imitar a otra ciudad andaluza... ahí está la lucha. Pero ahora no es como antes. En mis años no se hacían relevos o refrescos, como dicen, e incluso había cuadrillas que cargaban en dos cofradías el mismo día como la que llevaba Afligidos y después a las 2 de la madrugada se iba a Santa Cruz para sacar El Perdón».

Maján nunca deja de ver a sus dos cofradías, la de El Caído y la de Buena Muerte. Incluso este último Martes Santo tuvo el honor de ordenar la primera levantá de la Virgen de los Desamparados con motivo del 50 aniversario de la cuadrilla. Después de tantos años y tantas vivencias a Maján le resulta complicado elegir un momento, una Semana Santa en concreto pero admite que lo mejor fue «la primera salida como cargador con mi cuñado, con mi hermano que después falleció muy joven y sobre todo también el primer año como capataz porque tenía una cuadrilla muy buena porque éramos como un grupo de grandes amigos que nos conocíamos mucho».