Digno entierro para Cristo
Santo Entierro pone fin a los cortejos penitenciales con su salida
Actualizado:La Soledad destaca con su caminar elegante en un cortejo con diversas representaciones en las que hubo poco público a la salida de la hermandad.
'Ha muerto'. Y una marcha fúnebre con ese nombre resuena en las bóvedas del templo de Santa Cruz. Suenan a funeral, justo lo que en el interior de la iglesia se está organizando. Santo Entierro en el Pópulo y el luctuoso momento que pone fin a la Pasión se recrea en Cádiz bajo un sol y un calor de justicia. A las 15.00 horas partía el cortejo desde la Catedral Vieja con toda la sobriedad y el recogimiento que la luz intensa del sol hacía posible.
Más de 120 hermanos componían una procesión que consiguió mantener el número de penitentes. No podía decirse lo mismo del público que aguardaba a la salida: pocos gaditanos en la plaza de Fray Félix donde una amalgama de capirotes formaba el cortejo. Y es que un año más, Santo Entierro ha contado con la presencia de representaciones de otras hermandades. Era el caso de Sentencia, Rocío, Medinaceli, Perdón, Oración en el Huerto, Nazareno, Ecce-Homo, Prendimiento, Luz y Aguas o Cigarreras.
Su presencia precedía a la imponente urna de plata del siglo XIX, exornada con rosas rojas y escoltada por militares. La Banda de Música 'Julián Cerdán' de Sanlúcar interpretó para el paso del Señor del Santo Entierro 'Ha muerto' en el interior del templo. Ya en la calle, el intenso sol brillaba sobre la bella urna de cristales curvos parisinos mientras la capilla musical interpretaba 'Dux Vitae Mortuus Regnat Vivus'. Bien es cierto que, durante el recorrido, a su paso por San Francisco, un pequeño chaparrón obligó al cortejo a reducir la marcha, pero enseguida retomó su ritmo, tras la retirada de las nubes.
Tras la urna, desfilaba el palio de respeto vacío y una amplia representación de autoridades civiles. Era el caso de los colegios profesionales, asociaciones e incluso de la Facultad de Medicina. A eso se ha sumado la presencia del subdelegado del Gobierno, del presidente de la Audiencia Provincial, el comisario de la Policía, el coronel jefe de la Guardia Civil y demás presencia militar. Como cierre de toda esta representación, figuró la Corporación Municipal bajo mazas. De destacar, la presencia de los concejales de chaqué.
Comenzaban a formarse y a salir los tramos de penitentes de la Virgen de la Soledad, mientras el paso de la Señora se colocaba frente a la puerta. La cuadrilla de Fernando Malines iniciaba las maniobras de las andas, previas a la salida procesional. Con maestría, superaban la altura del dintel del cancel y la Señora de la Soledad lucía sus penas en la plaza de Fray Félix. Para ese entonces, tras el paso (exornado con rosas blancas y flores moradas en una combinación mejorable) ya sonaban los acordes clásicos de ‘Virgen del Valle’. La hermandad renovaba así su tradición de iniciar el caminar de la Virgen con esa marcha, para continuar después con ‘Cristo de la Sed’. Eran las dos primeras marchas de un callejero sobrio y elegante. La cofradía ya estaba en la calle, buscando su estación de penitencia en la Catedral para recogerse a las 22.00 horas, justo antes del inicio de las celebraciones de la Vigilia Pascual.