Martes Santo de estrenos y efemérides
Destacan la vuelta de la escolta romana al paso de Ecce Homo y el 50 aniversario de la Virgen de los Desamparados
Actualizado:Que tiene el Martes Santo algo de catalizador de nuestra Semana Santa quedó patente ayer. Juventud y veteranía, algarabía y sobriedad, historia y novedad; las hermandades que hicieron estación de penitencia refrendaron una extraordinaria jornada de procesiones en la calle.
Todo ello en un día en el que hubo detalles aquí y allí: estrenos, novedades y efemérides. De hecho, Jesús Caído celebra el Cincuentenario de su cuadrilla de hermanos cargadores; Columna y Caído continúan con sus nuevas fases de dorado y talla en sus pasos; y Ecce Homo estrenó los tres primeros miembros de su recuperada escolta romana.
Precisamente, la vuelta de los romanos a la corporación de San Pablo regaló instantes que no se vivían en las calles desde los años 90, cuando la hermandad decidió retirarlos. Y todo ello donde, un día más, el sol no faltó a la cita con un Martes Santo resplandeciente.
Parece impartir una valiosa lección con el misterio que representa. La doble lección de su misterio bien dice a sus universitarios que Jesús cayó, pero también que se levantó para emprender su camino con la Cruz. La lección estudiantil, la del esfuerzo y la perseverancia ante todo, se ha revivido en la que la hermandad ha sentido su vinculación estudiantil de una manera muy especial.
Y es que durante la mañana, Jesús Caído volvió a recibir de las manos del rector de la Universidad de Cádiz, Eduardo González Mazo, el bastón de mando. El mismo que quedó depositado en el frontal del paso, después de unas emotivas palabras del director espiritual de la hermandad, el marianista Luis Castro.
Ya durante la tarde, Jesús Caído se convirtió en la primera hermandad en iniciar su recorrido hacia la Catedral. En la plaza Cristo de la Vera-Cruz, comenzaban a salir los tramos de penitentes del Señor. En total, la hermandad puso en la calle a 442 hermanos, entre penitentes, cargadores, acólitas y monaguillos. Un número que demostraba el importante impulso y juventud que sigue teniendo esta corporación.
Momentos después salía el paso de Jesús Caído que este año estrenaba nueva fase de talla en las cartelas. Exornado con claveles rojos, el paso superaba sin problemas el dintel de salida bajo las órdenes de José Manuel Asencio Cabeza. En lugar de los primeros sones de la Agrupación Musical Virgen de la Oliva, para el Señor sonó 'Virgen de los Estudiantes' en los instrumentos de la Banda de Música Enrique Montero de Chiclana. 'En tu camino de Azahar' y 'Salve' sonó posteriormente, ya por parte de la agrupación musical, para iniciar su caminar hacia la calle San Francisco. El paso del Señor lucía un crespón negro como recuerdo al que fuera hermano mayor de la cofradía, Manuel Vidal, y fallecido meses atrás.
Con la interpretación de 'Virgen de los Estudiantes', la cofradía hacía el primer guiño destacado a la celebración en la que está inmersa: el cincuentenario de la llegada de la Virgen de los Desamparados y de su primera salida, portada además por la primera cuadrilla de hermanos cargadores de la ciudad.
La siguiente hermandad en ver la calle fue la del Cristo de la Piedad y María Santísima de las Lágrimas. Encabezando el cortejo una escolta de miembros del Regimiento de Artillería de Costa número 4. Ordenados, sobrios, en silencio, como todo lo que rodea a esta cofradía. Antes de salir a la plaza de la Catedral rezaban. «¿Qué sentido tiene vestir la túnica sin vivir la hermandad? Valora el silencio y el recogimiento, acompañamos a Cristo, medita el pasaje bíblico que tu hermandad representa. Y cuando te quites la túnica, da gracias a Dios e intenta vivir la fe que has profesado». Imprescindible reflexión.
En los momentos previos el hermano mayor, Miguel Ángel Molina, mostraba orgulloso las novedades de este año. Primero la Cruz de Santiago bordada en el antifaz de los penitentes; luego, dos escudos bordados en los laterales del paso de misterio: el de la Catedral y el de Santiago. Emocionados lo presenciaban todo el hermano número 1 de Piedad, Jorge Müller, con 90 años, y José Blas Fernández, quien explicaba que lo ha sido prácticamente todo en esta cofradía, desde monaguillo hasta hermano mayor el día en que se derrumbó el techo de la bóveda de San Carlos en la que se guardaba el antiguo paso y que quedó destrozado. Discreta la ornamentación floral de los dos pasos. Manuel Ruiz Gené y su equipo fueron los encargados de dirigir a las cuadrillas que sacaron a hombros tanto al Cristo como a su Madre, la Virgen de las Lágrimas.
Con la salida de Ecce-Homo llegaba uno de los momentos más esperados de esta Semana Santa, el del regreso de los romanos al cortejo. Tras el paso de misterio, semblante serio, concienciados de la importancia de su presencia, imbuidos de historia y fe. José María, Toni y Paco son los nombres de estos tres miembros de la Fundación Legado de las Cortes de San Fernando que han tomado el testigo de los clásicos romanos que no se veían en la calle desde 1994. Veintiún años después Ecce-Homo los recupera. De momento solo a tres (dos legionarios y un centurión), pero el objetivo es que en unos años se complete la centuria, que estaría compuesta por ochenta soldados romanos. Los tres que hay de momento iabn perfectamente vestidos según los cánones de la época histórica que se representa. Armados con un pilum (especie de lanza), una gladius (espada) y el scutum (escudo), estos romanos no dejaban ayer nada al azar. Su compromiso con este proyecto de recuperación les ha llevado a hacerse hermanos de la cofradía.
Con los sones de la marcha 'Ecce-Homo' salieron tanto el paso de misterio como la Virgen de las Angustias. Antes tuvieron que salvar la angosta puerta de San Pablo, con apenas un centímetro y medio de margen por cada lado. Los respectivos capataces, Juan Manuel López Gallardo y Melchor Mateo Amaro, abrazaban a sus cargadores antes de iniciar el camino. Emoción, mucha juventud, alegría. Todo eso dentro. Fuera, sorpresa con el avance en el dorado del canasto del paso de misterio y, sobre todo, expectación por ver a los romanos. Hubo respeto. Magnífico el público.
Es una misma faz y a la vez son distintas. Es la misma salida y a la vez muda en mil detalles distintos. El misterio del silencio y el luto, de la Sanidad y Santa Cruz, salió a la calle para ser la postrera hermandad del Martes Santo. La sobriedad llegó de su mano en una tarde que ya apuraba sus horas de sol y ante una plaza Fray Félix que enmudecía al ver salir al cortejo de penitentes de negro y amarillo.
En total, 180 hermanos fueron los que se animaron a acompañar a su Señor en su camino al calvario. «Podrían haber sido más porque nos hemos quedado sin túnicas», así lo aclaró antes de la salida el propio hermano mayor Ildefonso Herrera, que confirmó cómo la hermandad sigue en constante ascenso. «Este año tenemos más monaguillos con lo cual se demuestra que tenemos cantera», reconoció.
Fue antes de que el paso del Señor del Mayor Dolor iniciara sus primeros movimientos en el interior de la iglesia de Santa Cruz. La cuadrilla de Gerardo Navarro comenzaba a mostrar su buen hacer, mientras que se vivía una de las estampas más bellas de la salida. Sonaba 'Mayor Dolor de María' en los instrumentos de la Banda de Música Gailín de Puerto Serrano. Sería esta la única marcha que sonaría para el Señor que, minutos después, salió a la calle en silencio y ya solo acompañado por los motetes de la Capilla Musical 'Lignum Crucis' de San Fernando.
El paso de Misterio, exornado con lirios morados, cardos y espinos, lucía el estreno también del paño de la Santa Faz de Santa Verónica. Y es que se cumplen más de siete años desde que el pintor Antonio Álvarez del Pino, como promesa, dona cada año un paño pintado distinto. Distintas versiones del mismo rostro que ayer se reencontraba con los gaditanos en su gesto de perdón y consuelo a las mujeres de Jerusalén.
Tras el hijo, la Virgen de la Salud que lucía un destacado estreno. Así, la hermandad sigue enfrascada en las labores de engrandecimiento de su paso de palio. A los bordados del palio, estrenados en años anteriores, este año se sumó la nueva peana, de Orfebrería Castilleja. Claveles blancos en un exorno clásico y sobrio para el paso de la Señora que portó con maestría la cuadrilla de Andres Cano. Bajo los sones de ¡Sanidad¡, el palio salió a la calle y comenzó a deshacer el camino que le llevaría a la estación de penitencia en la Catedral. La última hermandad de la jornada ya estaba en la calle de un esplendoroso Martes Santo.
Suena 'Lágrimas' y la plaza de San Antonio enmudece con el espectáculo. La marcha que compusiera el genial José Cubiles en 1960 vuelve a sonar para el Señor de Columna. Las notas lentas y melodiosas parecen deslizarse por la portada barroca de San Antonio. Mientras, la cuadrilla de Salvador Rosa Mascareña pone el paso de misterio en la calle con una laboriosa maniobra motivada por la estrechez de la puerta. La marcha dedicada al Señor, aunque compuesta para banda de música e interpretada por la Asociación Filarmónica de Conil (acompañamiento de la Señora) volvió así a sonar para él. Una iniciativa recuperada este año por la hermandad y, como explicaba el hermano mayor Sergio Rodríguez, «la intención es que vuelva a convertirse en una nota tradicional de la salida».
De hecho, la última hermandad del día en hacer su estación de penitencia avanza estéticamente a pasos agigantados para recuperar la impronta clásica de unas de las cofradías más antiguas de la ciudad. De hecho, la junta de gobierno fue capaz de poner un cuidado cortejo en la calle, lleno de detalles. Era el caso del paso del Señor Atado a la Columna que estrenaba el dorado de todas las cartelas que componen los respiraderos y dos relieves traseros. Con ellos, la corporación completa los cuatro relieves que representan a los Santos Padres de la Iglesia.
Las andas iban exornadas con claveles morados y rosas rojas y volvieron a lucir la acertada incorporación de una jamuga en la parte trasera sobre la que estaban dispuestos la clámide, la caña y la corona de espinas. No fue el único estreno para el Señor que, en el apartado musical, volvió a ser acompañado por una banda de cornetas y tambores. Destacada elección de la corporación que eligió los sones de la banda Coronación de Campillos para componer un repertorio eminentemente clásico.
Poco a poco avanzaban los tramos de penitentes de la Virgen en un número en claro ascenso, con respecto a años anteriores. De hecho, la hermandad puso ayer en la calle a 180 penitentes y casi 400 hermanos. Todo un logro si se atiende a que llegaron a salir 120 hermanos como penitentes en sus horas más bajas.
Ante ello, Rodríguez, momentos antes de la salida, se mostraba especialmente «ilusionado» y satisfecho. De hecho, adelantó que la intención de la hermandad es recuperar el proyecto de nuevas túnicas de cola que se inició tiempo atrás y que quedó inconcluso. Así las cosas, la intención es que para el año que viene, los tramos del Señor salgan ya con túnicas de cola.
Instantes después salía a la plaza de San Francisco el palio de la Virgen de las Lágrimas. El bello paso con palio de cajón (que precisamente estrenaba nuevos flecos) iba exornado con claveles y rosas blancas. Justo delante de las andas, otro estreno: las túnicas y roquetes para el servicio de paso de la Virgen. Los acordes de la Asociación Filarmónica de Conil comenzaban a sonar y la procesión al completo encaminaba sus pasos hacia la Catedral. La última y decana hermandad de la jornada ya estaba en la calle para poner el broche de oro a una nueva jornada resplandeciente en cuanto al tiempo y marcada por efemérides, novedades y estrenos.