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Leopoldo Fernández Pujals en la segunda cita de los Diálogos de LA VOZ - A. V.
Diálogos de LA VOZ

Pujals: «Quiero enseñar lo que no se enseña en ninguna parte y me ha hecho triunfar»

El empresario Leopoldo Fernández Pujals habla con Javier Sánchez Rojas de las claves para emprender, en los Ciclos de Diálogos de LAVOZ

A. M. de la vega
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Su nombre está en boca de todo el mundo. Leopoldo Fernández Pujals (La Habana, 1947) es uno de los hombres de moda. Hecho a sí mismo, emprendedor y multimillonario, el fundador de Telepizza y actual presidente de Jazztel , participado hoy en Cádiz en el segundo encuentro del Ciclo de Diálogos de LA VOZ, patrocinado por los ayuntamientos de Cádiz y El Puerto de Santa María, la Diputación Provincial de Cádiz, Cepsa, ESIC, Fundación Cajasol, Fundación Cruzcampo, Hidralia, Martín Casillas, Unicaja y Zona Franca de Cádiz.

El presidente de la Confederación de Empresarios de Cádiz, Javier Sánchez Rojas, ha sido el encargado de ejercer como anfitrión de Fernández Pujals en la cita celebrada en el Parador Hotel Atlántico ante un auditorio repleto. Allí, el empresario hispano-estadounidense dejó clara su visión de la vida, la misma que le ha llevado a alcanzar un éxito incontestable y que cuenta en su biografía, 'Apunta a las estrellas y llegarás a la Luna'.

La conversación comenzaba haciendo alusión, precisamente, al prólogo de ese libro, escrito por la propia esposa de Fernández Pujals, en el que se le describe como una persona «intensa, inquieta, creativa, con ganas de superación». Él mismo añadía ser alguien que no tolera la falsedad y que intenta siempre ir más allá en sus metas. «Si la meta de alguien es diez, la mía es veinte o treinta», comentó. Ya de inicio mostraba sus credenciales, las de un hombre que se ha movido y ha avanzado en la vida a base de retos.

De su época de marine de los Estados Unidos (participó en la guerra de Vietnam ), cuenta que le queda la «manía» de no admitir un «es que» en sus negocios. Dijo Fernández Pujals que el «saber vender» debería ser una asignatura más en los colegios. «El competente ve oportunidades, el incompetente no las ve. Hace cien años, muy pocos fueron a la universidad y todos triunfaron. Todos esos, luego dijeron que sus hijos irían a la universidad. De ahí tenemos una situación en la que el 80% de los jóvenes son universitarios. La competencia es mayor que nunca y por eso el camino para destacar pasa por emprender. Si queremos que todo el mundo vaya a la universidad tenemos que cambiar el chip y enseñar a vender», aseveró.

Como mensaje a aquellos que quieren emprender, Leopoldo Fernández Pujals recomendó «empezar pequeño . Luego escuchar lo que te cuentan, pero si te intentan desanimar, no les escuches. Muchos tíos míos que salieron al exilio trataron de desanimarme diciéndome lo complicado que era ser empresario. Pero uno no debe escuchar a personas cuyas experiencias son contrarias a las que uno anhela».

Sánchez Rojas le consultó acerca de su visión del sistema educativo. Desde su experiencia avaló el fomento de la competividad y la autoexigencia. También apuesta por autoformarse, «si uno llega a formarse como persona en la materia que uno haya escogido, entre los cuarenta y los sesenta años debe poder triunfar».

Las etapas de la vida

Luego, dijo, «en la cuarta etapa (según la clasificación que el mismo hace) de la vida, entre los 60 y los 80, tenemos que compartir con la sociedad lo que nosotros hemos aprendido en nuestra carrera».

La única persona que ha conseguido colocar dos empresas en el IBEX35

Justo en esa etapa se encuentra Fernández Pujals, y quizá por eso, dijo ayer, ha considerado que tenía que escribir su biografía, porque siente «la obligación» de compartir con las nuevas generaciones las claves de su éxito, unas herramientas y cualidades que le han llevado a ser la única persona que ha conseguido colocar dos empresas (Telepizza y Jazztel) en el IBEX35.

Habló de tres claves concretas en su exitoso camino empresarial: su formación universitaria, saber vender y su formación militar, «donde la misión, en este caso vender, es lo más importante. Y no valen las excusas».

También se refirió a otros factores que le han ayudado en el mundo de los negocios. En el caso de Telepizza, partió de su experiencia previa en Estados Unidos, donde los cambios de hábitos, con el paso de la mujer de la casa al mundo laboral, introdujo en la vida cotidiana el concepto 'fast food'. Al llegar a España vio la oportunidad previendo que se produciría un cambio similar, y de ahí que decidiera abrir su primera pizzería. Con el tiempo aquello se terminó convirtiendo en un imperio.

Luego llegó la aventura de Jazztel. Con su anterior negocio muchos dijeron que había dado un «pelotazo», que había tenido «suerte». Por eso buscó un reto complicado, con una empresa de telecomunicaciones al borde del precipicio. Ahora está a punto de vender sus acciones y cerrar otra operación multimillonaria.

Se refirió a la situación de España. «En el caso hipotético de que me dijeran qué haría para arreglar el país, lo primero que haría es darle una sacudida al olivo para que todos los frutos podridos caigan al suelo». Toda una declaración de intenciones que comenzaba advirtiendo que no es político.

«La corrupción hay que eliminarla de raíz. Es una cuestión de educación. Hay que enseñar ética en los colegios y en las universidades». A partir de ahí planteó su idea de montar una cátedra en España y Estados Unidos «donde se enseñe lo que no se enseña: aprender a vender, hábitos, aprender a hacer la tarta de mercado más grande, abriendo sectores productivos». Por último, apostaría por investigar en qué sectores no destaca España para colocarse en los mercados.

Esas fueron algunas de las aportaciones de un hombre que confesó no estar interesado por ser «políticamente correcto». Quizá esa sea otra de las claves de su éxito.