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Artur Mas y Oriol Junqueras durante la sesión de ayer en el Parlamento catalán. :: ANDREU DALMAU / EFE
ESPAÑA

Los soberanistas exigen a Artur Mas que rectifique y recupere el referéndum

El presidente de la Generalitat desoye las advertencias porque defiende que la nueva consulta es la única posible para el 9-N

CRISTIAN REINO
BARCELONA.Actualizado:

A poco más de tres semanas para el 9-N, la unidad del frente soberanista ha saltado por los aires. La decisión de Artur Mas de dar marcha atrás, paralizar la consulta y sustituirla por un sucedáneo, le ha dejado solo y la porcelana fina, como él calificó el consenso del bloque proconsulta, está hecha añicos. La duda ahora está en saber si de aquí al 9-N el soberanismo será capaz de encontrar algún pegamento que sea capaz de recomponer este jarrón, que era una de las piezas clave del proceso, junto a la movilización social. La solución la dieron ayer Esquerra, Iniciativa y la CUP, los partidos que hasta hace bien poco eran socios y compañeros de viaje independentista de Mas, que dejaron claro al presidente de la Generalitat que la unidad sólo podrá recuperarse si rectifica y retoma la consulta pactada inicialmente por las cuatro formaciones y que ahora ya está archivada en un cajón del Palau de la Generalitat. Sin embargo, el Ejecutivo catalán no está dispuesto a dar un nuevo giro a su estrategia.

Por ello, estas tres formaciones, cada una con un tono distinto, aprovecharon la primera oportunidad que les brindó el calendario parlamentario para escenificar en público -en la sesión de control al Gobierno autonómico- que el presidente catalán se ha quedado solo en la defensa de la que es ya su consulta, la 'light', y no dudaron en acusar al mandatario convergente de ser el único responsable de que la unidad se haya roto. Fue la continuación de los reproches que se lanzaron unos y otros a puerta cerrada en la cumbre celebrada el pasado lunes y que concluyó con la defunción de la consulta original, que sigue suspendida por el Tribunal Constitucional. «La manera que nosotros proponemos es la única posible para ejercer el derecho a decidir», les replicó Mas, que como gesto para intentar reconducir la situación les dijo que si el 9-N, tal y como está planteado en su versión reducida, es un fracaso, asumirá toda la culpa, pero si sale bien el «mérito será de todos».

Fue una invitación directa, una llamada a la desesperada, pero si algo evidenció también la sesión de la cámara catalana es que ya nadie escapa al tacticismo partidista, por si las elecciones están a la vuelta de la esquina. Por esta razón, Esquerra, Iniciativa y CUP cargaron las tintas contra Mas y lo acusaron de no haber llegado hasta el final y de haberse plegado al dictado del Constitucional a las primeras de cambio. Oriol Junqueras le recriminó que se ha frenado antes incluso de «llegar a los límites legales». El Gobierno catalán, afirmó como reproche el presidente de Esquerra, ha enterrado el referéndum cuando aún no ha recibido «requerimiento judicial alguno para detener aspectos concretos de la ley de consultas o del decreto de convocatoria». «Se ha parado y ha introducido un escenario nuevo y no pactado, que ha roto el consenso», añadió. En cualquier caso, por lo que a Esquerra respecta, y aunque el distanciamiento entre Mas y Junqueras cada vez es mayor, la unidad no se ha quebrado del todo, sino que está congelada. «ERC ayudará al Govern en el escenario anterior y el actual tanto como pueda», dijo el independentista. Está por ver qué pasa con los presupuestos de 2015, que en breve tienen que presentarse en la cámara catalana. La legislatura se le está complicando sobremanera a Mas, que por primera vez no descartó que tenga que prorrogar las cuentas del año que viene, aunque como último recurso podría recurrir al PSC, que ayer ofreció su colaboración.

Anticipo electoral

Con quien Mas seguro que ya no podrá contar es con Iniciativa, la formación del frente soberanista que más claramente se ha desmarcado del nuevo proyecto del presidente de la Generalitat. Joan Herrera estrenó su nueva posición en el tablero catalán uniéndose en la reclamación a partidos como Ciutadans o el PP, que piden desde hace semanas elecciones anticipadas. «Tenemos mucho capital acumulado y corremos el riesgo de perderlo por su estrategia, que es un error», afirmó el ecosocialista. «Si no puede rehacer el consenso, convoque elecciones. Pero entonces nosotros lucharemos para cambiar el Gobierno», remató.

El diputado de CUP, Quim Arrufat, cree que Mas usa el 9-N como «chantaje electoral» y que ha jugado con todo el mundo, por lo que le echó en cara que haya «engañado» a sus socios con la «autosuspensión».