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Teresa Romero ha conversado con los médicos y tiene buen ánimo

La enfermera que trató al misionero Manuel García Viejo abandona el hospital al dar negativo el segundo test para saber si estaba contagiada

A. PANIAGUA
MADRID.Actualizado:

Teresa Romero, la auxiliar de enfermería infectada por el virus del ébola, mantiene la consciencia y ha sido capaz de conversar con el equipo médico que la atiende en el Hospital Carlos III de Madrid. Con todo, su estado sigue siendo estable dentro de la gravedad. La enferma ha recibido tratamientos experimentales -hasta tres se están probando- y está atendida por diez personas, de las cuales tres son facultativos. Su estado mejoró el viernes por la noche, aseguraron fuentes médicas, que precisaron que la paciente se encuentra incluso «de buen humor».

De acuerdo con el comité creado para la gestión del ébola, dependiente de la vicepresidencia del Gobierno, otras 15 personas permanecen ingresadas en el centro sanitario, sin que por ahora hayan presentado síntomas. La enfermera que permanecía internada por haber estado en contacto con el religioso Manuel García Viejo, repatriado desde Sierra Leona, ha sido dada de alta. A la mujer se le hicieron dos pruebas, y después de que transcurrieran las preceptivas 72 horas entre una y otra, abandonó el hospital. No obstante, tendrá que seguir en «vigilancia pasiva» y tomarse la temperatura dos veces al día hasta que termine la cuarentena, cosa que acontecerá el día 16.

Los tres últimos ingresos corresponden a una peluquera, una enfermera y una limpiadora del centro de salud de Alcorcón (Madrid). Aparte de Teresa Romero, se investiga el caso de una enfermera que en el primer test dio negativo.

Uno de los que se hallan aislados en el Carlos III es Juan Manuel Parra, el médico que atendió a Romero y que denunció en un informe que le quedaban cortas las mangas del traje para protegerse del ébola. En su cuenta de Twitter, Parra afronta el trance con optimismo. «Animado, asintomático, deseando mejoría de Teresa y volver a la normalidad de mi trabajo como médico de urgencias».

El gabinete de crisis pidió ayer asesoramiento a los científicos y decidió la incorporación de «especialistas en medicina intensiva, epidemiología y microbiología». Las noticias sobre el tratamiento que recibe Romero son contradictorias. Fuentes médicas informaron de que el medicamento experimental ZMapp, aunque ha llegado a España, aún no se ha administrado a la contagiada. La sustancia se suministró al misionero Miguel Pajares, que murió, y a los dos primeros estadounidenses repatriados. En cambio, sí que se ha procurado a la enferma el ZMab, un cóctel de tres anticuerpos que en un ensayo ha curado a unos monos expuestos a la cepa Zaire, la más letal para los humanos. El ZMab, elaborado por la misma empresa fabricante del ZMapp, ha sido importado a través de la Agencia Española del Medicamento.

La paciente está recibiendo desde los primeros días plasma sanguíneo obtenido de pacientes que han sobrevivido al ébola. Una de las donantes es Paciencia Melgar, colaboradora de Pajares en Liberia y que se quedó en Monrovia y plantó cara al virus con éxito.

La tercera terapia consiste en el antiviral favipiravir, que ha demostrado su eficacia en ratones, según la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología.

El arsenal terapéutico de antivirales está creciendo, pero todavía se halla en fase experimental. La Organización Mundial de la Salud (OMS) dispone de dos vacunas «prometedoras», una elaborada por la compañía británica GSK (GlaxoSmithKline) y la otra por la agencia de salud pública de Canadá en Winnipeg, cuya licencia de comercialización está en manos de la estadounidense NewLink Genetics. GSK ha empezado a desarrollar pruebas clínicas en Mali, limítrofe con Guinea, en África Occidental.