Sociedad

El Hospital Carlos III se debate entre cambios, dudas y quejas

Algunos pacientes declinan ir a las consultas, mientras CC OO asegura que 23 parados también han renunciado a las ofertas de trabajo

MADRID. Actualizado: Guardar
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En el Hospital Carlos III de Madrid quedan pocas cosas que sigan su curso habitual. Las cuatro plantas superiores del edificio se han transformado en el epicentro de crisis del ébola en España, y se nota. Los últimos días, menos pacientes acudieron a reunirse con sus médicos aunque éste sea, todavía, su centro sanitario de referencia. Y parte del personal es nuevo, eventual. Un grupo de contratados para reforzar el servicio y lidiar con la situación.

El Carlos III de Madrid procedió ayer a habilitar la tercera planta ante posibles nuevos ingresos relacionados con el ébola, por lo que ya son cuatro las que estarían dedicadas a tratar con estos pacientes.

«El centro está prácticamente vacío», explicó un usuario Tenía consulta y decidió acudir a pesar de todo. «Es lo que hay», sentenció. Entre la entrada para vehículos y las puertas de acceso al edificio le esperaban una pareja de guardias de seguridad, un grupo de agentes de la Policía Nacional y el pelotón de periodistas de todas partes del mundo que hacían guardia a la espera de noticias sobre el estado de salud de los 14 pacientes ingresados en los pisos superiores. Los trabajadores del Hospital Carlos III, por su parte, reconocieron un descenso poco acusado en la actividad del centro médico. «Se nota un poco», explicó una doctora. En su consulta de ayer, aseguró, faltaron cuatro o cinco pacientes de la veintena que estaban citados.

Además de algunos pacientes, también hay profesionales sanitarios que decidieron que tampoco quieren acudir. «La gente es reticente», afirman desde el sindicato UGT. El estado de ánimo de los trabajadores del centro, dicen, es de desasosiego. A causa de la salud de su compañera Teresa Romero -a la que muchos conocían y con la que otros tantos comparten, hoy, un trabajo de riesgo-, y por la situación general de tensión. «Es ahora, después de tantos días, cuando se están empezando a dar los primeros cursos sobre cómo actuar con seguridad», aclaran.

Paloma Parrilla, una portavoz del Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE), aseguró a las puertas del hospital, a media mañana, que «ha habido renuncias entre el personal médico». Otras fuentes sindicales señalan que, para suplir estas bajas, ha hecho falta recurrir a la contratación temporal de trabajadores. «No son muchos casos», explican desde UGT. «No tenemos un porcentaje, pero son los menos». Los contratos, señalan, son para periodos de entre tres y cuatro semanas.

CCOO explicó que la Administración madrileña está llamando por teléfono a trabajadores eventuales que permanecían inscritos en una bolsa de trabajo por número de orden de lista, y de 26 personas 23 han rechazado ir al Carlos III». La portavoz del SAE aprovechó para confirmar que a los trabajadores del centro se les comunicaron las novedades y actualizaciones de los protocolos de actuación a lo largo de la mañana de ayer. «Se ha bajado la temperatura de referencia para ingresar y se ha habilitado que haya dos supervisores con el personal en todo momento», explicó Parrilla. Según la ejecutiva del sindicato de técnicos de enfermería, los cambios refuerzan la tesis de que los anteriores eran «insuficientes».

«La gente dice: 'el problema no es que yo me proteja, es que si un compañero se contamina nos va a contaminar a todos'», explicaba Roberto Tornamira, representante de los servicios de limpieza en el sindicato FeS UGT de Madrid.

«Cualquier persona que haya estado en contacto con un enfermo de ébola está inquieta porque no puedes saber si algo ha ido mal», de una enfermera que trabajó con el primer misionero repatriado. La principal preocupación dentro y fuera del hospital no recibió respuesta. La auxiliar de enfermería infectada por ébola pidió al centro, cuando fue ingresada, que no se hiciesen públicos los cambios en su estado de salud. Nadie, por tanto, dijo nada a este respecto más allá de «estable dentro de la gravedad». Ni siquiera el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que acudió junto al presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, a última hora de la mañana, a reunirse con parte del personal médico que trabaja para controlar la situación. Durante más de una hora intercambiaron impresiones con varios especialistas.

A la salida de los presidentes, un grupo de trabajadores del Hospital Carlos III aprovecharon para mostrar su apoyo a Teresa Romero y su descontento con el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Rodríguez.