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LA RESPUESTA INMUNITARIA, CLAVE

ESTHER SAN JOSÉ PROFESORA DE VIROLOGÍA E INMUNOLOGÍA DE LA UNIVERSIDAD EUROPEA
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A día de hoy no existe una vacuna o antiviral que se haya comprobado que sea eficaz contra la enfermedad del ébola. Se sabe que una vez que se contagia un individuo o es sospechoso de haberse contagiado, existe un período de 21 días en los que no hay síntomas y las probabilidades de que esa persona pueda infectar a otro individuo son prácticamente inexistentes. En este período el único protocolo a seguir es tomar la temperatura dos veces al día a la persona sospechosa de haberse contagiado. Si en ese período se detectara fiebre es necesario realizar las pruebas necesarias para saber si la persona está infectada o no.

La recuperación del paciente depende de su respuesta inmunitaria. La respuesta inmunitaria es clave en cualquier enfermedad infecciosa que padecemos y además de ponerse en marcha nuestro organismo con células específicas que atacan los agentes extraños secretamos anticuerpos que también son específicos para ese agente. Esos anticuerpos son secretados por un tipo de leucocitos (los glóbulos blancos llamados linfocitos B), los cuales al terminar de combatir la enfermedad se quedan preparados como auténticos centinelas a que vuelva a aparecer ese mismo agente y de una forma más rápida y eficaz vuelven a secretar esos anticuerpos específicos. Es lo que llamamos memoria inmunológica. Los anticuerpos también se quedan en nuestro torrente sanguíneo y después de un período bastante largo (años) se acaban degradando. En el caso de la infección por el virus del ébola, las pocas personas que se han recuperado de la misma por lo tanto han producido anticuerpos específicos frente al virus; estos anticuerpos los protegen de la infección y suponen una fuente muy valiosa para poder tratar a otros pacientes. Este es el caso de las religiosas que han donado su suero de donde se han purificado los anticuerpos.

Actualmente disponemos de varios tratamientos que se encuentran todavía en ensayos clínicos, pero que tratándose de una situación de emergencia alguno ya se ha utilizado. Así tenemos el coctel Zmapp que contiene tres anticuerpos monoclonales desarrollados por la farmacéutica MappBio (Biopharmaceutical), por ingeniería genética. Este cóctel ha sido administrado a por lo menos siete personas de las cuales varias se han curado y varias han fallecido. También se dispone de varios antivirales que se han probado en animales con buenos resultados como es el caso de Avigan/Favipiravir de Toyama Chemical (posiblemente a administrar a la auxiliar de enfermería infectada)

Por lo tanto, a día de hoy, nos toca extremar las precauciones y conocer con exactitud cuales son las vías de transmisión para impedir la infección, la prevención es nuestro gran aliado. El contagio con este virus no es tan fácil, ya que es a través de contacto de sangre o los líquidos corporales (incluida la orina, la saliva, las heces, el vómito y el semen) de una persona o animal con la enfermedad del ébola, o heridas con objetos como agujas o jeringas que hayan sido contaminado con el virus. El virus del ébola no se propaga por el aire o el agua ni, en general, por la alimentación.