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Sanitarios vestidos con los trajes de protección, ayer, en una habitación de la sexta planta del Hospital Carlos III. :: PIERRE-PHILIPPE MARCOU / AFP
Sociedad

La enferma de ébola, en estado «crítico»

Teresa Romero sufre un empeoramiento con problemas respiratorios pese a recibir suero y un antiviral experimental Otras siete personas siguen ingresadas en el Carlos III, cinco de ellas sin síntomas y dos a la espera de sus análisis

BORJA ROBERT
MADRID.Actualizado:

El estado de salud de Teresa Romero se torció, ayer por la tarde, tras una mañana de informaciones que apuntaban a una leve mejora de su situación clínica. José Ramón Romero, su hermano, salió a la puerta del Hospital Carlos III a contar que su pariente había sufrido un cambio a peor en forma de problemas pulmonares, y sugirió que podía estar intubada. El centro sanitario confirmó el empeoramiento, aunque descartaron este último punto. Ya entrada la noche, el Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid calificó su situación de «muy crítica».

A últimas horas de la tarde Elvira González, secretaria autonómica del Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE), aseguró que la paciente había sufrido un «agravamiento de su situación clínica». «Ahora mismo está la cosa complicada», afirmó José Ramón Romero. Una doctora del equipo responsable del tratamiento de su hermana le había alertado, aseguró, de las difíciles perspectivas a las que se enfrentaba. También explicó, durante las mismas declaraciones, que no le ha llamado ninguna autoridad y que Teresa Romero le pidió que «no pasara por su casa».

Desde su ingreso en el Hospital Carlos III, Teresa Romero ha sido tratada con dos tipos de medicación diferente. Por una parte, recibe un suero superinmune proveniente de la sangre de la guineana Pacienta Melgar -compañera del primer misionero que repatrió España, Miguel Pajares-. Este contiene una fuerte carga de los anticuerpos con los que ella fue capaz de sobrevivir en su lucha contra el virus del ébola, aunque no está claro que pueda ayudar a otras personas. Por otro lado, se han autorizado las pruebas de un medicamento antiviral en fase experimental, denominado favipiravir, que mostró resultados positivos en ratones para acabar con el microorganismo si se administra en grandes dosis.

El investigador español César Muñoz dirige en Hamburgo uno de los equipos que realizó el ensayo clínico de este medicamento en roedores. Y ha declarado que, como tratamiento experimental que es, puede funcionar o no. De momento solo se sabe -y con las debidas reservas- que probablemente no es tóxico para los humanos. Algo parecido pasa con otros tratamientos que están o han estado disponibles en algún momento de esta crisis. Su uso a la desesperada impide saber cuáles son útiles. Incluso si no reciben tratamiento, casi la mitad de los contagiados sobreviven.

De momento, un equipo de entre 10 y 14 personas se encarga de vigilar constantemente el estado de la paciente, que se encuentra ingresada en la planta sexta del centro de referencia para ébola en España. De momento es el único caso confirmado en España, y el primer contagio conocido que haya ocurrido fuera de África.

En otras habitaciones del mismo piso siguen ingresados el enfermero y la enfermera que esperan los resultados de sus respectivos análisis. Los dos participaron, igual que Teresa Romero, en el tratamiento del misionero Manuel García Viejo. Desde el Hospital Carlos III aseguran que su único síntoma es «una fiebre baja, unas décimas». Ni diarreas, ni nauseas, ni enrojecimiento de la piel, ni conjuntivitis, ni otras circunstancias normalmente asociadas a la enfermedad. De momento no hay fecha para los resultados.

Dos plantas más liberadas

En previsión de nuevos casos el Hospital Carlos III ha decidido liberar dos plantas más para dedicarlas por completo a la gestión de esta crisis. La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid ha dado instrucciones para habilitar al menos una quincena de habitaciones con las medidas básicas de prevención, en previsión de que lleguen más pacientes.

En la quinta planta del hospital -denominada 'Planta de vigilancia activa de contactos de alto riesgo'- ya se encuentran cinco personas que, aunque no presentan síntomas, han estado en contacto con Teresa Romero sin las convenientes medidas de seguridad. El grupo lo forman el marido de la enfermera, Javier Limón, y cuatro facultativos que la trataron cuando ya tenía fiebre pero aún no se había confirmado el diagnóstico. El médico de atención primaria que le midió la temperatura en su ambulatorio, uno de los técnicos del Summa que la llevó en ambulancia hasta el Hospital de Alcorcón y dos doctores de este último centro. Los tres últimos ingresos han sido voluntarios.

Además, para tranquilidad de los trabajadores encargados de tratar a los ocho pacientes se ha habilitado la cuarta planta. En ella pueden dormir, descansar y ducharse sin tener que volver a casa. Las 18 personas que permanecían ingresadas en esta área, explican desde el Hospital Carlos III, han sido trasladadas, algunas a La Paz y otras a Cantoblanco. Incluso, algunas, han recibido el alta.