Empieza el día bailando
En Nueva York el ritmo no para: el desayuno y la comida se cambian por fiestas multitudinarias de música electrónica a la luz del sol
NUEVA YORK.Actualizado:Apenas sale el sol por Queens, y los neoyorquinos mastican sus rutinas habituales: anudarse la corbata mientras suena la NPR, encontrar un hueco en el metro L dirección Manhattan, recoger los excrementos del perro, sorber el café aguado camino de la oficina... o bailar música electrónica entre una muchedumbre excitada a pesar de lo temprano de la hora.
No es la escena 'after' de quienes no pueden pegar ojo tras una noche de excesos en los clubs del Meatpacking District o de Chelsea. Son fiestas mañaneras, entre semana, para arrancar la jornada con buena energía. Cada vez son más habituales y demandadas.
Algunas son auténticas 'raves', como las que organiza Daybreaker. Se celebran en la oscuridad de las salas de un club -donde es difícil distinguir si son las ocho de la mañana o las once de la noche- con DJs de música electrónica de prestigio, 'performances', artistas pintando las caras de los asistentes, escritores que improvisan 'haikus' bajo encargo y cientos de personas agolpadas en la pista de baile. Lo que distingue a estas fiestas de cualquier 'rave' es la ausencia de alcohol: en la barra solo hay café y zumos. La próxima tiene lugar este miércoles, de siete a nueve de la mañana, en Gilded Lily, un club pijo cerca del parque elevado High Line con la barra, los suelos y los reservados de color dorado y con la pista de baile presidida por un enorme candelabro de luces que cambian de color.
Daybreaker no es la única que organiza este especie de 'Burning Man' mañanero sin copas. Está también Morning Gloryville, un concepto creado en Londres y que ha sido importado a Nueva York (también a otras ciudades, entre otras Barcelona). Sus fiestas son más relajadas, en locales amplios y con buena luz. Es una apuesta por «el regreso del flower-power», como han dicho en alguna ocasión sus organizadores. Es habitual ver a los asistentes disfrazados, adornados con flores, hay sesiones de yoga y, por supuesto, música 'dance0. En verano, algunas de estas fiestas han sido al aire libre, por ejemplo, en uno de los parques bajo el puente de Williamsburg.
Para quienes les cuesta bailar con la legaña pegada al ojo o son adictos al gimnasio y la carrera matutina, todavía quedan opciones de fiesta al mediodía. Mucha gente cambia el almuerzo rápido o la comida china frente al ordenador por una hora de baile frenético. En Marquee, un club de Chelsea, los emails de trabajo y la cara del jefe son un recuerdo que se diluye durante una hora, de 12.30 a 1.30 del mediodía, con las mezclas de DJ Questlove, más conocido por ser el batería de la banda The Roots. Aquí sí hay lugar para el alcohol, pero con límite -una copa por persona- y a la salida, de vuelta al trabajo, los asistentes reciben un pequeño almuerzo, con bocadillo y plátano. Estas fiestas se llaman Lunch Break, y las organiza la web Flavorpill.
El origen de estos bailes de mediodía está en Suecia. Una desarrolladora de aplicaciones móviles, Molly Range, creó el concepto en 2010 bajo el nombre de Lunch Beats, que ahora tiene sucursales en todo el mundo y miles de personas que siguen su credo: da más fuerza una hora de baile que un menú de mediodía.