Las reinas de la Cruz Roja

Que tampoco realizaría el paseo por las calles de Madrid que protagonizó los años anteriores para ir de mesa en mesa, para dejar donativo ante su madre, primero, y su esposa, después, en el Día de la Banderita. Pero a falta de un rey, otro. Fue don Juan Carlos quien completó la representación de la Familia Real en uno de las jornadas más representativas de la Cruz Roja.

Se acercó primero a la mesa en la que desde hacía ya un buen rato doña Letizia repartía saludos, sonrisas y banderitas -vamos, pequeñas pegatinas de la Cruz Roja- frente al Congreso. Su llegada fue correspondido por un sonoro aplauso, que hizo que la reina Letizia abandonara su lugar de presidencia para recibirlo con dos besos. Reina entrante y Rey saliente, nuera y suegro, posaron durante algo más de un minuto para los medios gráficos, en un gesto cariñoso que recordó, claro, el desaire no buscado el día de la firma de abdicación de don Juan Carlos, subsanado al día siguiente en el balcón del palacio de Oriente, donde, esa vez sí, hubo beso en la mejilla entre don Juan Carlos y doña Letizia.

La nota anecdótica en la mesa de cuestión de la Cruz Roja en el Congreso de los Diputados llegó de la mano de tres niñas vestidas igual -unas mellizas de cuatro años y su hermana mayor de siete-, rubias, peinadas con una trenza que caída sobre una de las mejillas, que arrancó un espontáneo «son igual que mis nietas» a don Juan Carlos, al tiempo que quien fuera jefe de Estado durante 39 años se disponía a subirse a su vehículo con la puerta del Sol como destino. Mientras, Nuria, Inés y Lola, hijas de una trabajadora de la Cámara baja, se acercaron, como muchos otros niños de diversos colegios de la capital, a la reina Letizia, dejaron su donativo y se fueron tan contentas con su globo. Por la mesa de la esposa de Felipe VI también pasaron algunos rostros conocidos, como la ventrílocua Maricarmen y el humorista 'Bigote' Arrocet.

Ya en el kilómetro 0, don Juan Carlos y doña Sofía se reencontraron en público casi cuatro meses después de la proclamación de su hijo como Rey de España. Era una imagen esperada, y probablemente poco frecuente de ahora en adelante, dado que es sabido que, pese a seguir al servicio de la Corona, mantendrán agendas oficiales separadas, como también parece que son sus vidas. Ayer, todo fueron gestos amables, beso en la mejilla y... hasta otro beso volador que doña Sofía le lanzó a don Juan Carlos, justo después de que la reina le hiciera entrega de un globo que, se supone, el rey habrá hecho llegar a las pequeñas de Zarzuela. «¿Cómo se encuentra?», le preguntaron a don Juan Carlos antes de partir. «Muy bien, ya me véis». Y con las mismas se fue. Con su banderita en la solapa.