Todo un presidente en la Corte de La Haya
El mandatario de Kenia es el primero en ejercicio en comparecer ante el Tribunal, que le juzgará por crímenes contra la Humanidad
Actualizado:Uhuru Kenyatta conocerá hoy el futuro del caso judicial en el que está implicado. El presidente keniano sabrá, definitivamente, si el Tribunal Internacional de La Haya fija una fecha para el inicio del juicio por crímenes contra la humanidad por su implicación en los sucesos posteriores a las elecciones de 2007 en el país africano. El jefe del Ejecutivo acude voluntariamente ante la Corte para evitar la probable emisión de una orden de arresto y se convierte, así, en el primer dirigente en ejercicio que se sienta en el banquillo. Su colega sudanés Omar al-Bashir se halla en la misma tesitura, pero ha esquivado, hasta la fecha, las órdenes de arresto dictadas por la institución judicial.
La falta de cooperación de la Administración keniana podría abocar el caso a un aplazamiento sin fecha. El fiscal, Benjamin Gumpert, ha reconocido que esta actitud lleva a un punto muerto en el proceso ante la imposibilidad de conseguir pruebas.
Las oficinas gubernamentales no han proporcionado los registros telefónicos e informes tributarios del presidente, requeridos por la entidad.
La excepcional aparición de todo un presidente ante el Tribunal ha sido matizada por el propio acusado al explicar que su participación es a título personal y no como máximo representante del país. El Parlamento de Nairobi aprobó el lunes la cesión temporal de su mandato al vicepresidente, William Ruto. Curiosamente, este dirigente también se halla encausado, aunque su participación en los hechos tuvo lugar en la facción opuesta a Kenyatta. Más de 1.200 muertos y unos 600.000 desplazados es el balance de los incidentes ocurridos tras las elecciones de hace siete años que ganó el entonces dirigente Mwai Kibaki, aliado del hoy acusado. La oposición rechazó el resultado. Las alusiones al fraude provocaron enfrentamientos intertribales entre los kikuyu, la etnia más importante y tradicionalmente ligada al poder, y otras comunidades como la kalenjin, a la que pertenece Ruto. Al presidente Kenyatta se le achaca su apoyo a los mungiki, bandas criminales implicadas en episodios de feroz violencia. La crisis convulsionó una de las repúblicas más estables del continente.
La investigación ha sido obstruida y tachada de intervencionista por los partidarios de Kenyatta, que ya había acudido a La Haya antes de ser elegido presidente el pasado año. Su victoria en las urnas provocó el recelo de Occidente, pero su posición se vio reforzada por la grave situación que sufre la región del Cuerno de África, afectada por el extremismo yihadista de Al-Shabab. El atentado en el centro comercial Westgate, en septiembre de 2013, también reforzó el rol del Gobierno de Nairobi como necesario gendarme en la lucha contra los radicales somalíes.
El presidente llega al Tribunal con el respaldo mayoritario del arco político, unido ante lo que se ha descrito como una causa patriótica. Según algunas fuentes, unos 150 legisladores acompañan al mandatario en su viaje entre Nairobi y La Haya. Portavoces oficiales aseguran que el Gobierno no ha sufragado el desplazamiento de tan numerosa comitiva.