Sociedad

Dos hombres que dieron sus vidas por África

MADRID. Actualizado: Guardar
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La Orden de San Juan de Dios y el amor por África. Esos fueron los hilos conductores entre las existencias de Miguel Pajares y Manuel García Viejo. En el continente africano desarrollaron ambos la faceta solidaria y entregada que marcó sus trayectorias vitales y allí se cruzaron con el ébola, el virus que acabó con sus vidas.

Muy lejos se encuentran La Iglesuela y Folgoso de la Ribera, dos pequeños pueblos de las provincias de Toledo y León que apenas llegan a los 500 habitantes. Allí nacieron Pajares y García Viejo, dos hombres a los que la labor misionera llevó hasta el África Occidental pero a los que no se olvida en ambas localidades.

«Miguel no hubiera podido vivir en paz con la pena por la muerte de sus compañeros del Hospital San José. Aunque parezca una barbaridad, ha sido un final feliz», afirmó la prima del padre Pajares, Begoña Martín, tras la muerte del misionero. «Un padre para todos nosotros», tal y como destacó entre lágrimas la hermana Juliana Bonohá, la religiosa que regresó a España junto al padre Pajares.

«Mi hermano ama África y allí decidió vivir su vida». Así sintetizó Emilio, el hermano del padre García Viejo, lo que éste sentía por el que fue su hogar durante 30 años. El día a día del continente negro se impregnó durante décadas en la piel y en el espíritu de ambos sacerdotes. Dos historias que son la punta de lanza de los más de 1.800 misioneros españoles en África.

Monrovia y Lunsar tampoco olvidan a Miguel Pajares y Manuel García Viejo, dos hombres que entregaron su vida a África. Hasta las últimas consecuencias.