Autores prolíficos

No hace mucho recibí la llamada de un grupo de chavales con la intención de que les compusiera la música de los pasodobles y cuplés para su comparsa. Esto no es la primera vez que me ocurre, en todos estos años han sido muchas las llamadas de jóvenes y de no tan jóvenes a los que les ha interesado mi autoría para sus agrupaciones. Como es obvio y patente a todos les invité a que desistieran de tal idea y les indiqué que buscaran a otro con más capacidad que la mía para esos menesteres. La principal contraindicación para hacer el repertorio a otros grupos es el grado de responsabilidad que le pongo a todo, me supera. No puedo hacer algo a medias o a medio gas. Tengo envidia sana de esos autores que son capaces de componer para dos coros, un coro y dos comparsas, tres chirigotas.

Me parecen dignos de elogiar, son escritores y músicos con una capacidad para inventar e idear melodías y temas literarios que me dejan impresionado, diría más, me dejan sobrecogido por tanta creatividad. Cuando llega el concurso y empieza la preselección comienzan a sonar los nombres de autores que componen y escriben para más de una agrupación, los hay que incluso a tres, es impresionante ese aforo cerebral que tienen algunos para la inspiración. Otra cosa es cuando ya nos paramos a escuchar sus inagotables obras. Ahí es donde comprobamos la solución a esa ecuación imposible y del origen de tanta capacidad creativa. La mayoría de los temas escritos y compuestos ni tienen ingenio, ni melodía, ni chispa, ni consonancia, ni na de na, a lo mucho, llevan casi siempre trocitos de músicas de otros camufladas, por no decir plagiadas y temas escritos mas manidos que yo. Canciones en su mayoría hechas a cambio de alguna retribución económica, que es aún peor y que no tienen ni pie ni cabeza.

Son muy pocos los elegidos y todos sabemos quiénes son, los que poseen tanto arte como para vender sus coplas como churros, aunque realmente eso es lo que hacen otros, churros.