Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
MUNDO

Rousseff, en manos de los votos de Silva

La candidata del PT tiene que atraer al 32% del respaldo de la ecologista para ser reelegida frente al centrista Neves, con un electorado muy volátil La presidenta necesita crecer en Sao Paulo para minar el poderío de su rival en el Estado más poblado

MARCELA VALENTE
BUENOS AIRES.Actualizado:

Después de un triunfo más ajustado de lo previsto en las elecciones del domingo, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, prepara la artillería para enfrentar una segunda vuelta de resultado incierto el día 26 frente a su inesperado rival, Aecio Neves, que podría arrebatar el sueño de la reelección a la sucesora de Luiz Inacio Lula da Silva. Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), ganó con el 41,58% de los votos válidos, menos de lo que le auguraban los sondeos e inferior también a lo que consiguió en 2010 cuando debutó con el 46,9% de los sufragios. Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) dio la sorpresa: llegó segundo y más cerca de lo que se podía prever.

Las encuestas de agosto y septiembre habían relegado a Neves al tercer lugar y el centrista hasta tuvo que aclarar que no renunciaría a la campaña. Fue cuando la candidatura de Marina Silva, del Partido Socialista Brasileño (PSB), no hacía sino crecer hasta alcanzar el nivel de intención de voto de la presidenta y un posible triunfo en segunda ronda. Pero a comienzos de este mes el declive de Marina coincidió con el repunte de Neves, que ya en la recta final llegó a arrojar un 27% de respaldos. Y en la hora de la verdad, las urnas le dieron un apoyo que superó a las encuestas más optimistas. Neves cosechó el 33,56%; más que su antecesor del PSDB, José Serra, candidato en los comicios de 2010 que ganó Dilma.

La diferencia de votos entre el PT y el PSDB se acortó de doce a ocho millones respecto a 2010, en la séptima elección que disputan los dos partidos. Los mercados reaccionaron con euforia, conscientes de que la batalla continúa y de que entre las alternativas de gobierno hay una, la de Neves, que impulsa la necesidad de ajustes macroeconómicos.

'Tercera vía'

La segunda vuelta enfrentará a los dos partidos tradicionales, el PT y el PSDB. Y Marina Silva, la teórica esperanza de una 'tercera vía', se quedó en el camino. El «huracán» de votos que prometía cuando asumió la candidatura de Eduardo Campos -fallecido en accidente aéreo en agosto- devino una catástrofe. La ecologista cayó enredada en sus propias contradicciones. Su candidatura, nacida de la tragedia, no alcanzó a cristalizar sacudida entre un Partido Socialista estructurado y la agrupación más flexible que ella lideraba, la Red Sostenibilidad. Silva, que se fue del PT en 2009 y se presentó en 2010 como candidata a la presidencia por el Partido Verde, pareció muy influenciable en esta competencia improvisada.

Su primer tropiezo se produjo cuando dio marcha atrás en la propuesta del matrimonio entre personas del mismo sexo tras el cuestionamiento público de un dirigente evangélico. Luego quedó muy identificada con un programa económico conservador y neoliberal que competía con el de Neves. Y los electores de centroderecha prefirieron el original a la copia.

Ya está apartada de la pelea por el premio mayor, pero es la dueña de los votos que pueden cambiar el destino de Brasil. En 2010, Marina quedó tercera en la carrera presidencial pero se declaró neutral y eso facilitó la proclamación de Rousseff en segunda vuelta frente a Serra. Esta vez advirtió de que se definirá junto a sus socios políticos, pero poco le faltó para apoyar al candidato centrista.

Sin tiempo que perder, Dilma y Neves se esforzaron por seducir a los votantes de la ecologista en la mismísima noche del domingo. La presidenta lo hizo indirectamente al recordar al fallecido Eduardo Campos, que formó parte de su Gobierno. El candidato del PSDB se jugó más y dijo que sentía «un enorme respeto personal» por Silva y declaró que su candidatura para la segunda ronda «no es de un partido. Es hora de unir fuerzas». Las últimas encuestas habían advertido de que el 60% de los votantes de Silva irían para Neves en segunda vuelta y apenas un 20% hacia Dilma.

Habrá que ver si esos porcentajes se mantienen. La presidenta necesitaría captar el 32% de los votos de Marina para ganar en segunda ronda. Y si algo se notó en estas elecciones es que el votante puede ser muy volátil. La presidenta ya mostró sus armas. Dijo que el PSDB «siempre gobernó para un tercio de la población y abandonó a los más pobres». «El pueblo brasileño ya no los quiere», disparó.