fiscales irreductibles
La vivienda sumaba la mayor parte de las deducciones antes de la crisis y ahora se destinan para la contratación
Actualizado:Que los beneficios fiscales mantengan un volumen similar en los últimos años no significa que se distribuyan de manera parecida. Y es que en el reparto tienen mucho que ver las prioridades económicas del momento. Así, en plena burbuja inmobiliaria, los Presupuestos de 2007 consolidaban la mayor parte de los beneficios fiscales (15,03%) a deducciones relacionadas con el acceso a la vivienda y fomento de la edificación. En concreto 7.768,54 millones. Sin embargo, los incentivos englobados en este concepto ocupan en las cuentas de 2015 el sexto lugar (8,2%) con 3.334,20 millones. Es decir, menos de la mitad que hace ocho años.
Por el contrario, las desorbitadas cifras de paro desde el inicio de la crisis han provocado que la mayor parte de los beneficios fiscales del próximo año se dediquen al fomento del empleo (18,5%). Así, las deducciones e incentivos para impulsar la creación de puestos de trabajo acumulan 7.541,62 millones, mientras que en 2007 ocupaban el segundo lugar al representar el 12,86% con 6.647 millones.
Los incentivos para el I+D+i duplican su volumen al pasar de los 377 millones en 2007 (0,73% del total) a los 640 millones (1,6%). Sin embargo, a pesar del incremento solo es la decimotercera partida con más beneficios fiscales. La cultura, uno de los colectivos más críticos por los recortes de ayudas del Gobierno, han visto reducidos sus beneficios fiscales desde los 1.610 millones de euros en 2007 (3,12% del total) a los 807 millones (2%). Y eso que la reforma fiscal también incluye deducciones para producciones cinematográficas, entre otras.
Existe debate sobre si hay que aumentar o no los beneficios fiscales. Algunos expertos, como el economista José Ignacio Conte, analista de Fedea, son partidarios de la «eliminación de todas las deducciones» por considerar que rompen la neutralidad del sistema impositivo. A cambio apuestan por compensar a los colectivos más vulnerables con ayudas directas, es decir, mediante la política de gasto. Algo que no comparte el director general de la Fundación Impuestos y Competitividad, Ginés Navarro, para quien la idea de simplificar los impuestos (eliminar deducciones) no es viable debido a las distintas realidades existentes, por ejemplo, en las empresas. En este sentido, defiende las «fórmulas para incentivar la autofinanciación de las empresas» que incluye la reforma fiscal. Sin embargo, pone en duda el aumento de deducciones en I+D+i debido a la baja inversión de las compañías españolas en ese campo.