Vehículos calcinados en un área próxima al aeropuerto de Donetsk, donde se han intensificado los enfrentamientos. :: JOHN MACDOUGALL / AFP
MUNDO

Los prorrusos avivan la batalla por el aeropuerto de Donetsk

La milicia lanza cuatro intentos para tomar las instalaciones mientras el Ejército ucraniano vuelve a bombardear el centro de la ciudad

MOSCÚ. Actualizado: Guardar
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El alto el fuego acordado el pasado 5 de septiembre no es está siendo un obstáculo para que los separatistas prorrusos continúen sus ataques con el objetivo de poner bajo su control instalaciones de carácter estratégico. Tal es el caso del aeropuerto de Donetsk, en donde los combates se reanudaron el lunes y ayer se intensificaron con una virulencia inusitada. La Unión Europea ha condenado esta nueva espiral de violencia.

Tras varios días machacando con artillería y morteros las posiciones del Ejército ucraniano, numerosos destacamentos de la milicia rebelde lanzaron ayer por la mañana cuatro intentos de tomar el aeropuerto, ahora prácticamente destruido después de su ampliación y modernización para la Eurocopa de fútbol 2012.

En la víspera, el líder de la autoproclamada República Popular de Donetsk, Alexánder Zajárchenko, aseguró que «en dos días, o tres como máximo, el aeropuerto estará en nuestras manos». Según sus palabras, tal operación béica es necesaria porque «las tropas ucranianas bombardean desde allí el centro de Donetsk».

Ataques en zonas civiles

Lo cierto, sin embargo, es que son los insurgentes quienes disparan desde las viviendas abandonadas en edificios altos, provocando así fuego de respuesta de la artillería ucraniana. Ayer, precisamente, cayeron bombas sobre el mismo centro de la ciudad, por primera vez desde que se declaró la tregua. Una de las víctimas fue un empleado suizo de la Cruz Roja.El miércoles, los proyectiles mataron a diez personas en un barrio situado a cuatro kilómetros del aeropuerto, junto a una escuela. Amnistía Internacional considera que los prorrusos son también responsables de las muertes de civiles por «instalar blancos militares en zonas residenciales».

La jefa de la Diplomacia europea, Catherine Ashton, mostró ayer su preocupación, condenó la espiral de violencia y exigió la aplicación del alto el fuego. Fuentes del Gobierno alemán, citadas por la agencia Bloomberg, sostienen que la UE podría ampliar las sanciones contra Rusia, si los separatistas terminan tomando el aeropuerto o la ciudad de Mariúpol, principal puerto en el mar de Azov, asediada también desde hace semanas.

Pero, a juicio del presidente ruso, Vladímir Putin, las sanciones son una «completa estupidez». Durante una conferencia de inversiones, el mandatario aseguró ayer que las restricciones impuestas por Occidente «no debilitarán la economía».

Los indicadores marcoeconómicos, sin embargo, señalan lo contrario que lo que destacan en el Kremlin. Rusia está al borde de la recesión, con el rublo en franco descenso, la inflación disparada y una fuga de capitales galopante.

La caída del precio del petróleo está haciendo también un daño enorme al presupuesto estatal. Por si no fuera suficiente, muchos economistas creen el Gobierno carece de un plan real de acción para hacer frente a todos estos problemas.