La imprecisión de Draghi sobre la compra de deuda hunde las bolsas
El presidente del BCE elude cuantificar la cifra de titulizaciones y cédulas que adquirirá a partir de este mes para revivir el crédito a pymes
BRUSELAS. Actualizado: GuardarO derroche de entusiasmo o pesimismo catastrófico. Así es la vida declarativa de Mario Draghi. Sus palabras no dejan indiferentes a nadie, sobre todo a unos mercados que analizan al detalle cada palabra, sabedores de que cada mensaje puede significar cientos de miles de millones de euros. Es el sino de 'Súper Mario', que ayer, en su tierra, en Italia, ofreció su versión más gris defraudando las expectativas generadas a la hora de cuantificar el volumen de los programas de compra de activos que se prolongarán durante dos años y que se harán a través de cédulas hipotecarias (arrancará a mediados de mes) y de titulizaciones ABS (lo hará a final de año), ambos anunciados en la reunión del Consejo de Gobierno del pasado septiembre. No es que la cifra fuera alta o baja, es que no hubo cifra y eso provocó el desplome de las bolsas europeas con especial incidencia en Madrid (3,12%) y Milán (3,92), precisamente.
Los banqueros centrales de la zona euro se reunieron de forma excepcional en Napoles, donde fueron recibidos por cientos de manifestantes que protagonizaron graves altercados con los agentes antidisturbios en las inmediaciones del Palacio donde se celebrara la reunión. «Asesinos de traje y corbata» fueron algunos de las dedicatorias que dedicaron a los asistentes. Preguntado por ello, Draghi dijo comprender el descontento social pero aseguró que la política monetaria no es culpable de la situación.
Y hablando de política monetaria, el Eurobanco ratificó ayer que el margen para bajar los tipos de interés (al histórico 0,05%) o la tasa de penalización de la facilidad de depósito (al -0,20%) es casi inexistente. Que salvo catástrofe ambos parámetros no se modificarán y quedarán en los valores aprobados hace sólo un mes en una reunión en la que se dio luz verde a los desesperados planes de compra de activos que no gustan lo más mínimo al Bundesbank alemán, como así lo admitió en una reciente entrevista su presidente, Jens Weidmann. Pues bien, hace un mes, Draghi aseguró que ayer ofrecería todos los detalles sobre ellos y ayer, pese a lo pronosticado por los expertos y fondos de inversión, faltó el principal: de qué dinero estamos hablando.
Toque a Alemania y Francia
Sí volvió a dejar la pista de ocasiones anteriores: la idea es que el balance del BCE, gracias a este tipo de medidas no convencionales, vuelva a los niveles de comienzos de 2012, es decir, que pase de los 2 billones actuales a 3. Se limitó a asegurar que el importe será «significativo» e incluso al finalizar su comparecencia deslizó que «un billón de euros es el universo potencial para las compras». Potencial, que no definitivo. He aquí el porqué de la histeria de unos mercados que quieren concreción y que están muy malacostumbrados desde junio, mes en el que 'Súper Mario' dio el pistoletazo a la era expansionista con anuncios de bajadas de tipos o la aprobación de dos barras de liquidez (TLTRO) por un valor inicial de 400.000 millones. En lo que sí concretó es en la calidad de los productos que finalmente se comprarán, que por regla general y por 'consejo' alemán, serán transparentes y aportarán a la institución el menor riesgo posible.
«El BCE quiere que el programa sea lo más inclusivo que se pueda y se incluirá a países con ABS calificados por debajo de BBB-», es decir, con calificación de bono basura. Una decisión política que supone no dejar a un lado a dos socios, Grecia y Chipre.
La hoja de ruta trazada por el Eurobanco para intentar desatascar por fin el grifo del crédito a las pymes y las familias pasa ahora por intentar sanear los balances de los bancos a través de estas adquisiciones para que una vez desahogados y ayudados además por las inyecciones de liquidez se dediquen a prestar dinero.
El discurso oficial del BCE dice que todas estas medidas no convencionales se aprueban con un único objeto: que la inflación se sitúe por debajo y muy próximo al 2% que reza en sus estatutos como mandato principal. Hace un año, sin embargo, que está por debajo del 1% y en septiembre, por ejemplo, cayó una décima hasta el 0,3%.