La 'Revolución de los Paraguas' redobla su pulso a Pekín
Los manifestantes de Hong Kong amenazan con radicalizarse en plena fiesta por el Día Nacional de China si no dimite el Ejecutivo de la isla
HONG KONG.Actualizado:Bajo la fuerte tormenta que caía anoche sobre Hong Kong, la 'Revolución de los Paraguas' sigue firme en sus ansias de democracia. Tras servir de escudo en días pasados contra el espray de pimienta de la Policía y contra el sol, su símbolo volvía a proteger a decenas de miles de manifestantes que tomaban las calles para reclamar sufragio universal y libre participación de candidatos en las elecciones a jefe ejecutivo de la isla, previstas para 2017. Bajo los paraguas, la multitud abarrotaba las calles del centro de Hong Kong y redoblaba su pulso al autoritario régimen chino, que hoy celebra su Día Nacional.
Coincidiendo con esta festividad, los manifestantes, en su mayoría universitarios, pretenden llevar a cabo una nueva demostración de fuerza para que dimita el jefe ejecutivo de Hong Kong, Leung Chun-ying, por la represión policial del fin de semana. Para dispersar las protestas, los antidisturbios lanzaron gases lacrimógenos y esprays de pimienta. Dichos métodos, habituales en otros países, no se empleaban en la isla desde las protestas «antiglobalización» que sacudieron la cumbre de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2005. Tan contundente respuesta policial indignó a la apacible sociedad hongkonesa y echó a la calle a miles de personas que hasta ahora no habían participado en las manifestaciones exigiendo democracia.
Aprovechándose de este malestar, el movimiento pro-democrático 'Occupy Central' ('Ocupar Central'), que aboga por paralizar el distrito financiero de Hong Kong, tiene previsto anunciar la siguiente fase de su campaña de desobediencia civil mientras China celebra el 65 aniversario de su fundación por el Partido Comunista. «Esperamos que toda la gente pueda mantener los tres puntos de la ciudad ya ocupados: Admiralty (sede del Gobierno regional), Causeway Bay (barrio comercial) y Mong Kok (populosa área de Kowloon)», animó uno de los organizadores de las protestas, el doctor Chan Kin-man.
Por su parte, los estudiantes, auténticos líderes de las manifestaciones, apuestan por radicalizarse si no se cumplen sus demandas democráticas. Sin dar más detalles, uno de sus cabecillas, Alex Wong, avanzó la ocupación durante los próximos días de edificios públicos y calles si el jefe ejecutivo de Hong Kong no renuncia. Pero Leung, en su primera intervención pública tras las masivas protestas del fin de semana, insistió ayer en que no dimitirá.
«Que detengan la campaña»
Los organizadores de las manifestaciones han pedido una reunión con los representantes del Gobierno regional, pero el jefe ejecutivo dejó claro que sus movilizaciones no afectarán a su gestión. «Los fundadores del movimiento 'Occupy Central' ('Ocupar Central') han dicho repetidamente que, si pierden el control de la situación, pararán las protestas. Ahora les pido que cumplan la promesa y que detengan la campaña inmediatamente», exigió Leung.
Después de que decenas de miles de personas tomaran durante la noche del lunes varios kilómetros de la avenida que va desde el distrito financiero, Central, hasta la zona de oficinas y bares de Wan Chai, ayer Hong Kong amaneció más tranquilo. Tras dos días de protestas, la mayoría de los manifestantes regresó a sus casas, pero sólo para recuperar fuerzas y volver en mayor número.
«Hemos venido para apoyar a los estudiantes y luchar por la democracia y nuestro futuro», contaban a este diario Selena Ho y Eva Ng, dos alumnas de 16 años que repartían botellas de agua e impermeables que habían comprado con su dinero. Bajo el aguacero, los voluntarios ofrecían de forma organizada los víveres donados por los simpatizantes: agua, comida, parches médicos, paraguas que aún llevaban la etiqueta, gafas especiales para protegerse del espray de pimienta y hasta bolsas de plástico para guardar los móviles.
A pesar del ambiente festivo, los comerciantes se quejan del daño económico de las protestas, que coinciden con una temporada alta para el turismo por las vacaciones del Día Nacional de China. «No hay negocio, estoy vendiendo cero», criticaba Yvonne Chan, que regenta una tienda de trajes tradicionales. Defensora del Gobierno, denuncia que «muchos jóvenes se manifiestan porque les parece divertido y no piensan que somos afortunados al vivir en un lugar tan próspero y seguro como Hong Kong».