«Xi Jinping es el nuevo emperador. Tiene más ambición que Mao y Deng Xiaoping»
Hu Jia Disidente chino y premio Sajarov
Actualizado: GuardarCon los caracteres en mandarín de «paz» y «amor», el célebre disidente chino Hu Jia lleva una camiseta negra del movimiento democrático Occupy Central de Hong Kong, donde han estallado protestas multitudinarias contra el autoritario régimen de Pekín. Constantemente vigilado por la Policía, es la forma particular que tiene este activista, uno de los más combativos y perseguidos de China, de apoyar las manifestaciones en la excolonia británica a favor del sufragio universal y la libre presentación de candidatos en las elecciones previstas para 2017.
-¿Qué ocurrirá en Hong Kong, que reivindica ahora su democracia?
-Debido a la fuerte presión social creo que en 2017 habrá sufragio universal en Hong Kong. Espero que la movilización influya para que haya más libertad en China. Pero es necesario ocupar las calles y plazas para presionar al Partido Comunista.
-¿Verá usted la democracia en China o habrá que esperar aún más?
-Habrá democracia en mi generación. A partir de 2008 ha habido muchos cambios en China hasta la subida de Xi Jinping. Pero la presión del pueblo es cada vez más fuerte. Por mucho que gasten en el Ejército, no podrán detener el cambio.
-¿Pero está China preparada para una democracia?
-Todos los países, como le pasó a España tras la muerte de Franco, necesitan tiempo para que la democracia madure. China salió del semicolonialismo tras la Segunda Guerra Mundial y ha vivido bajo la dictadura. Aún necesita tiempo, pero debe iniciar este proceso.
-A pesar de esta represión, ¿qué cambios están trayendo las nuevas tecnologías?
-Internet es un regalo divino porque todas las noticias se pueden difundir rápidamente. Pero para que haya un cambio político en China hace falta libertad de prensa y que los jóvenes se movilicen como lo hicieron los universitarios en 1989.
-¿Cuál es el mayor problema que tiene China?
-La dictadura del Partido Comunista. Lleva muchos años controlando el país y no hay ninguna fuerza política que lo supervise.