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Gallardón entrega la cartera de Justicia a Catalá, en presencia de Soraya Sáenz de Santamaría. :: IGNACIO GIL
ESPAÑA

Catalá se distancia de Gallardón tras anunciar que revisará las tasas judiciales

El nuevo ministro de Justicia confía en culminar las tareas «difíciles e inacabadas» de su antecesor, pero no menciona el aborto

MATEO BALÍN
MADRID.Actualizado:

La Ley de Tasas Judiciales, una de las normas del Gobierno que más polvareda y enfado ha causado entre los actores jurídicos del país, abogados, jueces o fiscales, será revisada para incluir «mejoras» que satisfagan, al menos en parte, a sus principales damnificados: los usuarios de la administración de justicia. Este fue el primer gran anuncio del nuevo ministro del ramo, Rafael Catalá Polo, en un claro gesto para distanciarse del dimitido Alberto Ruiz-Gallardón. Lo hizo tras jurar ayer el cargo y recibir la cartera de manos de su antecesor.

La referida ley que el ministro quiere «analizar y mejorar» entró en vigor en noviembre de 2012 e incluye un gravamen cuando se recurra en las órdenes civil, social y contencioso-administrativo de entre 50 y 750 euros. El proyecto nació con el claro propósito de recaudar el dinero suficiente para financiar el acceso a la justicia gratuita para aquellos ciudadanos con menores recursos económicos. Pero en los casi dos años de vida apenas se ha producido el referido trasvase de dinero, tal y como ha denunciado en reiteradas ocasiones el Consejo General de la Abogacía Española.

Solo en 2013 el Estado ingresó 316,5 millones con las tasas, una cifra acorde con las expectativas que se marcó el Ministerio de Justicia. Y, como era de esperar, la tasa de litigiosidad -que mide los casos presentados por cada 1.000 habitantes- no ha dejado de caer desde la puesta en marcha de la ley. Por ejemplo, en algunas jurisdicciones como la de lo contencioso -aquellos procedimientos dirigidos contra las resoluciones de la Administración- han disminuido un 15%. Aunque desde el ministerio se viene defendiendo que se trataba de los asuntos de escasa cuantía, como las multas de tráfico, no de los grandes pleitos.

No obstante, la satisfacción de Gallardón con la marcha de las tasas era evidente. El propio presidente Mariano Rajoy avaló su funcionamiento cuando comenzaron a arreciar las críticas desde los diferentes operadores jurídicos. «Son razonables y equilibradas, y en países de la Unión Europea como Alemania o Austria son inmensamente mayores», defendió Rajoy a finales de 2012 durante su intervención para hacer balance del año. Una comparecencia en la que se le escapó, quizá, el verdadero significado del gravamen, que no era otro que el usuario pagase el 10% de lo que le cuesta la justicia al Gobierno, «cuando en Alemania llega al 43%», dijo entonces.

Respuesta en la calle

Pero mientras la caja del Estado ingresaba los millones, en el sector de la abogacía se comenzaban a gestar las mayores protestas que se recuerdan contra un ministro. Al frente se puso el presidente del Consejo General de la Abogacía Española, Carlos Carnicer. Claro está, los letrados han venido denunciando que los damnificados de las tasas eran los bufetes de todo el país, que perdían clientes e ingresos. Por ello el anuncio del nuevo ministro ha sido recibido con los brazos abiertos.

De forma paralela, el PSOE llevó al Tribunal Constitucional un recurso contra la ley por vulnerar el principio fundamental del derecho a la tutela judicial efectiva de los ciudadanos. Otro frente abierto para el Gobierno que, incluso, le podría explotar en las manos más pronto que tarde. De ahí, quizá también, el interés del nuevo ministro en reconducir la marcha de la norma.

En su discurso, Rafael Catalá asumió, además, su «sólido» compromiso para culminar las reformas «difíciles e inacabadas» de la anterior etapa, pero no mencionó su postura sobre la reforma del aborto o el cambio parcial que quiere introducir el Gobierno a la ley de plazos vigente. «Es una cartera compleja, que viene precedida de un periodo rico en debates y proyectos, y nuestra misión es acabar las tareas pendientes, lo que nos hace redoblar nuestros esfuerzos», afirmó ante una nutrida audiencia en el Palacio de Parcent, una de las sedes de Justicia.

El exsecretario de Estado de Infraestructuras alabó la «ingente» labor de Gallardón y su equipo e hizo un breve esquema sobre los proyectos en marcha que tiene previsto impulsar hasta el final de legislatura: Código Penal (se encuentra en el Parlamento), la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal (en fase de anteproyecto), la Ley de acceso a la Justicia Gratuita (Congreso), o la privatización del registro civil, que pasará a manos de los registradores para enfado de los sindicatos de funcionarios públicos.

En la toma de posesión estuvieron presentes la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y los ministros Cristóbal Montoro (Hacienda), José Manuel García Margallo (Exteriores), Pedro Morenés (Defensa) y Ana Pastor (Fomento).