Baño de masas en la plaza de Sant Jaume
Mas firmó el decreto con una pluma de fabricación catalana y acudió vestido con el traje oscuro de la boda de su hija
BARCELONA.Actualizado:Minutos después de firmar la convocatoria del referéndum y tras pronunciar el discurso institucional, sobre las once y media de la mañana, Artur Mas salió del Palau de la Generalitat para acercarse a los cientos de independentistas que le aclamaban en la anexa plaza de Sant Jaume. Al grito de «President, president», «Votarem!» e «In, inde, independencia», Mas les aseguró que está «preparado» y «feliz». Su actitud a partir de ahora será, dijo: «Cabeza fría, corazón caliente, puño fuerte y pies en el suelo». Es el lema grabado en un timón que le regaló su padre y adorna su despacho. «Hoy es un día grande para Cataluña», resumió a los micrófonos que lo rodeaban en la puerta de la sede del Gobierno catalán.
Fue el capítulo final de un acto, medido y solemne, que no descuidó ni un detalle. Como el lugar de la firma, el salón Madre de Dios de Montserrat, estancia gótica del Palau de la Generalitat donde se reunía el Consejo de Gobierno en la época medieval. Los asistentes rodearon una mesa con una única silla, para Mas. Tampoco fue casualidad la pluma. Una Inoxcrom, de fabricación catalana, con un escudo de la Generalitat y que entrará a formar parte del museo de historia de Cataluña.
Para la ocasión, el presidente catalán eligió un traje azul marino, el mismo que se puso para la boda de su hija (se casó el año pasado), camisa blanca y corbata también de tonos azules. Y al fondo, una pintura gótica, de mediados del siglo XV, representando a Sant Jordi y el dragón. Todo muy solemne, salvo el informal vestuario de los diputados de CUP y una tentación de los asistentes: la colección de 'selfies' que se regalaron al acabar. Tras la declaración institucional, los miembros del Gobierno autonómico y los líderes de CiU, Esquerra y CUP se lanzaron a fotografiar el decreto, ya firmado.
Algunos inmortalizaron el documento -a secas- y otros posaron junto al mismo. La buscada solemnidad quedó frustrada así por un momento, porque la sesión fotográfica de los asistentes se transmitió en directo por las televisiones públicas catalana y española, que emitieron todos los detalles de la firma de la convocatoria del referéndum.