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CHICLANA

Educación niega el colegio más cercano a dos menores sin recursos para trasladarse

J. A. CAÑAS
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Un padre de Chiclana reconoce su “desesperada” situación después de que Educación le niegue plaza a sus hijos en el colegio más cercano a su vivienda. La familia se trasladó a Chiclana, procedente de Extremadura, al quedarse sin trabajo ni prestación por desempleo y disponer aquí de una vivienda en la zona de La Barrosa (cerca del Restaurante Popeye) propiedad de un familiar. Sin embargo, lo que Miguel Ángel Saenz menos podía esperarse es que el calvario vendría por el colegio de sus hijos, de 3 y 6 años. Nada más llegar a la localidad en agosto, se empadronó o solicitó plaza para sus dos pequeños en el centro más cercano a su actual vivienda. La sorpresa vino cuando la Delegación Provincial de Educación dio plaza a sus dos hijo en Las Albinas.

«Es un colegio que está a diez kilómetros de mi casa y que no tiene transporte», reconoce el padre ante lo que supone todo un trance para una familia que no dispone de coche o recursos para poder desplazar a los pequeños diariamente. «Me dijeron que ese centro no disponía de transporte escolar porque está conectado con autobuses urbanos», explica el padre. Y ahí fue cuando comenzó la lucha del padre, materealizada en primera instancia con un recurso a la decisión alegando la imposibilidad de escolarizar a sus hijos «por falta de transporte ya que el colegio otorgado se encuentra a más de 10 kilómetros de la vivienda».

De hecho, durante estos días de inicio de curso escolar y mientras que no se resolvía su solicitud, los pequeños no han podido iniciar las clases en el centro educativo más cercano con el consiguiente problema para la pequeña de seis años, en primero de educación primaria (curso ya obligatorio).

Saenz reclama una solución «lógica» para su situación: «No pido demasiado, solo lo que me corresponde, el centro más cercano o uno que tenga transporte escolar». De hecho, el padre solicita plaza en el CEIP La Barrosa, un centro que está completo. De ahí que fundamente la necesidad de que Educación amplie dos plazas en el citado centro educativo que está cercano a su casa y «ya que se trata de una fuerza mayor», como reconoce Sáenz.

En su lucha y tras varias visitas a la Delegación de Educación, consiguió que una inspectora evaluara su caso. «Ella emitió un informe en el que justificaba mi situación», reconoce Sáenz. Sin embargo, «de poco sirvió en Planificación». Y es que finalmente Educación le ha negdo plaza en La Barrosa u otro centro con transporte con parada en las inmediaciones de su casa. «Nos han desoído tanto a la inspectora como a mi y yo no tengo forma de garantizar un transporte estable a mis hijos», reconoce el padre con evidente desesperación.

De hecho, Saenz ha comenzado esta misma semana, después de la respuesta de Planificación, a llevar a sus hijos al colegio «pidiendo el favor de que me presten un coche». Un esfuerzo realizado antes de buscarse «un problema más por el absentismo de los niños al colegio». Ahora esta familia «sin prestación desde hace seis meses y con los dos progenitores sin trabajo» se confiesa «desesperada» ante su situación con un curso por delante en la misma situación.

Por su parte, fuentes de Educación confirmaron todo el proceso burocrático realizado por el padre y puntualizaron que en los casos de familias desplazadas la ley obliga a la Delgación a buscarle un centro a los menores en la localidad donde han fijado su nueva residencia pero no a que el centro esté en las cercanías de la vivienda. Igualmente, puntualizaron que los informes emitidos por los inspectores no tienen un un carácter favorable o destaforable sino que se limitan a estudiar la situación del caso, sin veredicto. Mientras, Sáenz al ver todas las vías agotadas y con su caso sin solución a corto plazo se plantea «acudir a los tribunales» para encontrar la respuesta que él crea justo a su caso.