Muere Manuel García, segundo misionero infectado por el ébola
El religioso y médico estaba recibiendo un tratamiento básico en el hospital Carlos III a la espera de un 'suero milagroso'
MADRID.Actualizado:Rick Sacra tuvo suerte. El doctor estadounidense, al igual que el hermano de San Juan de Dios Manuel García Viejo, enfermó por culpa del ébola, ese virus que está causando estragos en el África occidental. Según el último recuento de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 2.917 personas han muerto y otras 6.263 están infectadas. Sacra se contagió en Liberia y fue repatriado, al igual que el español. Pero la diosa Fortuna sonrió al médico. En el hospital de Nebraska donde fue ingresado, este obstetra bostoniano de 51 años y en buen estado de salud -sin contar el ébola- fue tratado con uno de los medicamentos experimentales aprobado por la OMS, el TKM-Ébola, y con suero convaleciente -proveniente de un paciente que había superado la enfermedad-. En cambio, el padre Manuel no recibió ninguno de estos tratamientos a pesar de los denodados esfuerzos de las autoridades sanitarias por encontrar un fármaco milagroso como el desaparecido ZMapp. Esta ausencia de 'soldados' para combatir el ébola y las dolencias que arrastraba de su estancia en Sierra Leona (deshidratación y problemas cardiacos, renales y hepáticos) provocaron la muerte de García Viejo ayer por la tarde. Mientras tanto, Sacra salía del hospital después de haber superado la enfermedad.
El fallecimiento de García Viejo, natural de la localidad leonesa de Folgoso de la Ribera y de 69 años, se produjo sobre las 17.55 horas. A continuación, los profesionales sanitarios del hospital Carlos III (Madrid) procedieron a realizar el protocolo de Policía Sanitaria Mortuaria, como hicieran el 12 de agosto cuando murió el padre Miguel Pajares de la misma enfermedad. El cuerpo del religioso y médico especialista en medicina interna y tropical se introduce en un féretro doble, con el interior revestido de un sudario de tela especial y cremalleras. Una operación que se realiza de forma rápida para evitar la exposición del ébola. A continuación, el cuerpo del misionero fue incinerado en Collado-Villalba, el único tanatorio de la Comunidad de Madrid preparado para acoger a un enfermo de grado I.
Las autoridades activaron el regreso de García Viejo el pasado sábado, después de que se confirmara que padeciera ébola. Un avión del Ejército del Aire viajó hacia Sierra Leona el domingo para regresar en la madrugada del lunes a Madrid, donde fue ingresado. El misionero había pasado los últimos doce años de su vida dirigiendo el Hospital de Lunsar, en el centro de Sierra Leona, y de donde no se quería marchar. Su relación con África se remontaba a la década de los ochenta, cuando comenzó a trabajar en Ghana y después en Camerún.
Empero, los compañeros de la Orden de San Juan de Dios, a la que pertenecía desde hace 52 años, le convencieron para que fuera tratado en España, donde había una pequeña esperanza de curación con esos 'sueros milagrosos'. Pero no fue posible. Solo se le podía aplicar un tratamiento de soporte vital. «Era una persona muy amigable, sencilla, dispuesta a ayudar, no buscando problemas, siempre intentando dar soluciones», explicó Miguel Ángel Varona, presidente de Juan Ciudad ONGD.
Esta organización mantiene el hospital de Lunsar cerrado después del contagio del religioso español. Con esta defunción, ya son seis las personas relacionadas con el hospital que han fallecido por culpa del ébola en el último mes y medio.