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El presidente iraní sermonea a Occidente
«Los que apoyaron a los terroristas deben reconocer los errores que llevaron al extremismo», dice Rohani en la ONU
NUEVA YORK. Actualizado: GuardarIrán, ese aliado en la lucha contra el Estado Islámico que no aparece en ninguna foto de grupo, pidió ayer en la ONU un papel más predominante en la coalición contra los extremistas, al reclamar la unidad y coordinación de los países de la región. No se olvida, sin embargo, de pedir cuentas a los responsables del problema, lo que no facilita la amistad que busca.
Era la segunda comparecencia de Hasán Rohani en este foro. A diferencia de Mahmoud Ahmadineyad, no niega el Holocausto, ni se convierte en bufón de la Asamblea General, pero coincide con su predecesor en la amnesia repentina cuando se le pregunta por las encarcelaciones, ejecuciones y otros abusos que comete su Gobierno. Destaca, sin embargo, a la hora de decir cuatro verdades al mundo. Rohani lamentó que el extremismo sea hoy un fenómeno global, «de Nueva York a Mosul». Su existencia da pie a la islamofobia, en la que los medios de comunicación son cómplices. «Me quedo pasmado de que estos grupos de asesinos se llamen a sí mismos islámicos y aún más de que los medios occidentales se alineen con ellos y repitan esa falsa declaración».
«Terreno fértil»
El presidente iraní se quejó de que la explosión de esos grupos haya creado «un terreno fértil para la intervención de fuerzas extranjeras», por lo que pidió una clara unidad regional.
«Los extremistas del mundo están unidos, ¿pero estamos nosotros unidos contra los extremistas?». Estados Unidos ha rechazado una alianza abierta con Irán para no ofender a los países suníes que le acompañan en la coalición, especialmente Arabia Saudí.
Las petromonarquías del Golfo vieron la 'primavera árabe' en Siria como una oportunidad para acabar con la dinastía alauí que sigue la rama chií del islam. Durante los primeros tres años inyectaron dinero y armas a una revolución que pronto se convirtió en guerra civil y meca de yihadistas. «Todos los que han jugado un papel en fundar y apoyar a estos grupos terroristas deben reconocer los errores que han llevado al extremismo y disculparse, no sólo por lo que ha pasado sino ante la próxima generación», demandó Rohani.
Irán ha estado del lado de Bashar el-Asad, al que Estados Unidos se opone pero que ahora ha pasado a segundo plano. De facto, el mundo le está haciendo un favor al bombardear a sus enemigos del Estado Islámico, pero no al entrenar y financiar al resto de la oposición, considerada moderada. ¿Se estará creando un nuevo Frankenstein? «La experiencia de la creación de Al-Qaida, los talibanes y otros grupos extremistas modernos han demostrado que no se puede usar un grupo extremista para contraatacar a un Estado opuesto y permanecer inmune a las consecuencias del creciente extremismo», sermoneó el presidente iraní. «La repetición de esos errores a pesar de las muchas y costosas experiencias me deja perplejo», resumió.
Irán recordó que la ayuda de Occidente en la región siempre ha estado ligada a que los países receptores obren de acuerdo a sus ideas, «pero la democracia no se puede trasplantar desde el extranjero», advirtió. «Es el producto del desarrollo y el crecimiento, no de la guerra y la agresión. Cuando se importa a una sociedad sin desarrollar, sólo conduce a un gobierno débil y vulnerable».