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Golpe al petróleo del Estado Islámico
Ataques aéreos de la alianza a las refinerías sirias en poder del EI pretenden cortar una de sus principales vías de financiación
Actualizado: GuardarLos bombardeos por mar y aire de la alianza contra el Estado Islámico (EI) continúan y el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) informó de la muerte de los primeros cinco civiles después de los ataques nocturnos registrados la madrugada de ayer en la provincia siria de Hasake. Catorce yihadistas habrían muerto además en la vecina Deir Ezor como consecuencia de unas operaciones centradas ahora en las refinerías de petróleo que están bajo control de los yihadistas, en las que intervinieron dos de los principales socios árabes de Washington, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos. El Mando Central confirmó las acciones contra doce refinerías en el este de Siria, en plena frontera con Irak.
La alianza quiere asfixiar al EI y se sabe que el contrabando de petróleo es una de las principales vías de financiación de sus actividades. Expertos en energía citados por 'Financial Times' (FT) elevan a 80.000 el número de barriles que la organización terrorista logra colocar diariamente en el mercado negro a través de las rutas de la montaña y el desierto que se dirigen al Kurdistán iraquí, Turquía, Irán y Jordania.
El periódico destaca que el grupo fundamentalista controla seis de los diez campos petrolíferos de Siria, incluida la gran planta de Omar, y cuatro pequeñas explotaciones en el lado iraquí de la frontera, entre ellas Ajeel y Hamreen. El beneficio diario que proporciona este comercio ilícito podría rondar los tres millones de dólares (2,3 millones de euros), según cálculos del Instituto de la Energía de Irak.
La información facilitada por el Mando Central estadounidense asegura que las instalaciones bombardeadas ayer, en Mayadini y Abu Kamal, en el sur del valle del Éufrates y en la provincia de Hasake, venían proporcionando entre 300 y 500 barriles al día. El EI estaría diciendo adiós ahora a la infraestructura petrolífera que fue conquistando en su fulminante avance de junio a lo largo de Irak y Siria, que le permitió apoderarse de campos y plantas a los que el régimen de Damasco había tenido que renunciar durante los dos años anteriores.
Se trata de una producción que antes del conflicto sirio explotaban compañías como la angloholandesa Shell y la francesa Total y, en el caos que vive el país, han ido pasando por las manos del Frente al-Nusra, brazo de Al-Qaida en el país árabe, antes de terminar en poder del EI. Con todo, es una zona petrolífera en declive según la BBC. Llegó a producir 400.000 barriles diarios hace una década pero había bajado ya hasta los 90.000 en marzo de 2011, cuando comenzó la revuelta contra Damasco.
La coalición liderada por Estados Unidos ataca ahora de manera sostenida desde el aire y el mar y, entretanto, el Ejército sirio avanza por tierra. El Estado Islámico, junto al Frente al-Nusra y Ahrar al-Sham, una de las milicias más poderosas, vacían estos días sus bases por temor a los bombardeos aliados y las unidades de Bashar el-Asad han recuperado al amparo de la ofensiva internacional el control de lugares clave como la ciudad de Adra. Situado 30 kilómetros al norte de la capital, se trata de un lugar en disputa desde hace meses y que resulta clave por su industria y por encontrarse en plena ruta hacia Homs.
Adra queda alejada de la zona de bombardeos, pero los ataques de la coalición están teniendo un «efecto directo en todo el país», según residentes consultados en la capital siria a través de las redes sociales. Después de meses de estancamiento en los combates entre las fuerzas del régimen y los opositores armados, la intervención de la coalición ha roto el equilibrio y de momento el Ejército de Bashar el-Asad es el beneficiado. Holanda, Reino Unido y Turquía pueden ser los próximos en sumarse a los bombardeos contra el EI.
Los islamistas también parecen perder empuje en la zona kurda. Después de varias jornadas de cerco a la ciudad de Kobani, la principal milicia kurda informó de que los yihadistas «han tenido que retroceder y ahora se encuentran a 10 o 15 kilómetros», señalaron fuentes locales a la agencia Reuters. Los ataques sobre Raqqa, el gran bastión del EI, empujaron a los combatientes a reagruparse en la vecina zona kurda del norte. Allí no se registran bombardeos de la coalición por los lazos entre el Partido para la Unión Democrática (PYD, por sus siglas en kurdo) y el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), incluido en la lista de organizaciones terroristas elaborada por la Unión Europea y Estados Unidos.