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Iñigo Urkullu. :: J. E. / EFE
ESPAÑA

Urkullu pide al Estado pactar la «soberanía compartida»

El lehendakari se alejó de la confrontación catalana y apostó por alcanzar el nuevo estatus para Euskadi mediante la negociación

OLATZ BARRIUSO
BILBAO.Actualizado:

Por el carril previsto, sin sobresaltos ni novedades de fondo en el discurso, el lehendakari Iñigo Urkullu apeló ayer en el pleno de política general del Parlamento vasco a los derechos históricos para demandar un «nuevo pacto político» con el Estado que, mediante su actualización, desemboque en un marco de soberanía compartida «desde la libertad de pacto y para evitar el incumplimiento unilateral» de los acuerdos alcanzados.

Aunque citó brevemente los ejemplos «democráticos» de Escocia y Québec, y mencionó también el caso catalán -aunque solo para pedir que sea la ley la que se «adapte» a la voluntad popular y no a la inversa-, el lehendakari marcó distancias con la estrategia de confrontación de Artur Mas para no pisar callos en un momento crítico de la legislatura, con la negociación presupuestaria con los socialistas vascos en el alero y la cuestión catalana a punto de entrar en estado de máxima ebullición.

Es más, el lehendakari llamó a «la lealtad, el respeto y la confianza recíproca» para evitar un «choque de soberanías». «Nuestro desarrollo orgánico como nación, como pueblo vasco, es un derecho nuestro y un deber del Estado, y ha de suponer la base de un nuevo concierto político», recalcó.

El perfil bajo impregnó, de hecho, todo el discurso, uno de los más cortos que se recuerdan en un pleno de política general en Euskadi, de apenas una hora. No en vano, ya antes de iniciar las réplicas de la tarde, los grupos de la oposición reprocharon al jefe del Ejecutivo de Vitoria su «clamorosa» ausencia de autocrítica, su inconcreción y «vaguedad» y lamentaron que haya pasado de puntillas sobre los «problemas reales» de la ciudadanía.

En materia de paz y convivencia, destacó el «giro copernicano» a mejor en el clima político y social y puso el acento en la necesidad de avanzar hacia la reinserción social de los presos de ETA y en un Instituto de la Memoria que aborde todos los «acontecimientos traumáticos» acaecidos en Euskadi «sin mezclar, confundir ni compensar unos con otros».