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Montoro anuncia que la reforma fiscal modificará el fracasado IVA de caja
Apenas un 1% de los potenciales beneficiarios se han acogido a este sistema, que permite pagar el impuesto una vez cobradas las facturas
MADRID. Actualizado: GuardarHacienda aprovechará el trámite parlamentario de la reforma fiscal para introducir modificaciones en el IVA de caja, un sistema tributario que permite a autónomos y pymes no abonar el impuesto hasta que no hayan cobrado sus facturas, y que se ha revelado como un fracaso. Según reconoció ayer el ministro Cristóbal Montoro durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso, sólo 22.000 trabajadores por cuenta propia y pequeñas empresas se han acogido a esta figura fiscal. Cifra que apenas supone un 1% de los 2,3 millones de potenciales beneficiarios que Hacienda estimaba en la memoria económica de la Ley de Emprendedores, con la que se creó el sistema.
«Es una cifra importante pero muy lejana del potencial. Es el primer año, estamos aprendiendo todos a gestionarlo», aseguró Montoro en respuesta al diputado de CiU Toni Picó, que quería conocer el balance de los primeros nueve meses en los que el IVA de caja ha estado en vigor. Acto seguido, el titular de Hacienda mostró «nuestra mejor disposición» a retocar el régimen durante la tramitación de la reforma fiscal, «y también en los Presupuestos que traeremos a la Cámara la semana próxima».
Los autónomos y pymes tenían hasta el pasado 31 de diciembre para apuntarse a este régimen de tributación, aunque vista la escasa acogida inicial el Gobierno amplió el plazo al 31 de marzo. El sistema no ha cuajado por las numerosas limitaciones que plantea. En primer lugar, porque excluye a los profesionales o sociedades que facturan al año más de 2 millones de euros. Además, porque las empresas que actúan como clientes no pueden deducirse el IVA de las facturas sin haberlas pagado antes. Teniendo en cuenta que muchas de estas compañías utilizan el aplazamiento de pagos como sistema para financiarse, el IVA de caja no resulta una herramienta atractiva y acaban disuadiendo a los autónomos con los que trabajan para que no la utilicen.
Ampliar los beneficiarios
Parte de la solución a estos problemas pasa -y en esto coinciden las dos principales asociaciones de autónomos, ATA y Upta- en permitir que las empresas, aunque no hayan abonado las facturas pendientes a sus proveedores (autónomos y pymes) sí que puedan devengarse el IVA. O, al menos, durante un tiempo. ATA añade además otra receta, aplicable en la relación entre autónomos y administraciones públicas: la inversión del sujeto pasivo. Es decir, que el IVA derivado de los trabajos realizados para la administración central, comunidades autónomas, entes locales o empresas públicas sea abonado por ellas.
La patronal de las pequeñas y medianas empresas, Cepyme, recomienda ampliar el espectro de posibles beneficiarios, y no limitarlo a los que facturen hasta 2 millones de euros. También apunta un obstáculo con el que se encuentran las empresas a la hora de acogerse al IVA de caja: la obligatoriedad de implantar un sistema contable específico que resulta no sólo más complejo, sino también más oneroso para su tesorería.