Ghani y Abdulá liderarán unidos la transición afgana
EE UU asegura su presencia militar en el país asiático y sólo falta el trámite de la firma del acuerdo de seguridad
Actualizado:Cinco meses después de la cita con las urnas Ashraf Ghani es el presidente de Afganistán y Abdulá Abdulá será el jefe de un nuevo Gobierno de unidad. Este reparto de poderes entre los dos candidatos más votados pone fin, de momento, a las disputas personales y acusaciones mutuas de fraude que mantenían al país asiático en un limbo político en plena retirada de las fuerzas de la OTAN y con el acuerdo de seguridad con EE UU pendiente de la elección del sucesor de Hamid Karzai. «Felicito a Ghani como presidente y a Abdulá como jefe del Ejecutivo», declaró en su escueta comparecencia Ahmad Yusuf Nuristani, director de la Comisión Electoral Independiente de Afganistán (IEC, por sus siglas en inglés), que se negó a ofrecer los datos finales para evitar que siguiera la polémica sobre el fraude en e proceso.
Ghani tomará posesión de su cargo el 29 de septiembre y ocupará entonces el asiento que ha sido propiedad de Karzai desde la invasión de Estados Unidos en 2001. El mandatario pastún felicitó al ganador oficial, a quien apoyó desde el comienzo de la campaña electoral, y desde la Casa Blanca no tardaron en destacar que «el acuerdo es una oportunidad para la unidad nacional». El secretario de Estado, John Kerry, se ha volcado en los últimos meses en la resolución del proceso electoral y después de que Abdulá no reconociera los resultados preliminares logró que se aprobara el recuento del 100% de los 8,1 millones de votos depositados en la segunda vuelta, celebrada el 14 de junio. «Estos dos hombres han colocado al pueblo afgano en primer lugar y han asegurado que la primera transición democrática de la historia de su país comenzará con unidad», confesó Kerry, al que se le multiplican los frentes abiertos en la región y necesitaba cerrar el capítulo afgano para centrarse en la guerra contra el Estado Islámico en Siria e Irak. Con Ghani en Kabul y Haidar al-Abadi en Bagdad, la Casa Blanca se asegura el respaldo de dos líderes políticos que han pasado la mayor de sus vidas en Occidente.
Conflicto con los talibanes
Kerry tiene la fotografía de Ghani y Abdulá estrechándose la mano, pero es toda una incógnita conocer el futuro inmediato de este pacto ya que, para empezar, el sistema afgano es puramente presidencialista. Para intentar dotar de fuerza al cargo de primer ministro se ha fijado la celebración de una Loya Jirga (asamblea de notables de todo el país) en un plazo de dos años, hasta entonces habrá que ver cómo funciona el reparto de poderes.
En la agenda de Ghani una de las primeras citas es la firma del acuerdo de seguridad con Washington, por el que Estados Unidos obtendrá el permiso para mantener en Afganistán una fuerza de 9.800 hombres tras el final de la operación de la OTAN a finales de este año. Ghani ya ha repetido a lo largo de sus comparecencias que es partidario de prolongar la presencia estadounidense, así que solo queda superar el trámite de la firma para darle cobertura legal al despliegue.
Otro de los puntos clave para la nueva cúpula afgana es retomar las conversaciones de paz con los talibanes para intentar poner fin a un conflictos entre la insurgencia y Kabul que en los primeros ocho meses de este 2014 dejó 2.300 civiles muertos, según datos de la ONU.