Una mala temporada
Al conflicto en el caladero marroquí se suma el cierre de la pesca de la sardina en el Golfo, lo que deja a los pescadores gaditanos con pocas opciones
Actualizado:Más de un millar de familias de la provincia viven de la pesca. Es cierto que en el cómputo total de habitantes es un porcentaje pequeño, pero no por ello irrelevante. La pesca es una tradición que existe desde el principio de los tiempos. El mar siempre ha sido para las ciudades costeras su principal fuente de riqueza. Pero, como para todo, corren malos tiempos para los que dedican su vida al sector. Los ajustes, la reducción de cuotas y el paro biológico, necesario para la regeneración de las especies, han mermado considerablemente las perspectivas de la flota gaditana, que esta semana no ha vivido su mejor momento.
El rechazo de los pescadores marroquíes, que han mostrado, con amenazadas y ataques, que no están dispuestos a compartir sus aguas, ha dejado trastocados a los pescadores gaditanos, quienes, tras pagar sus licencias, veían con ilusión la apertura del veto, pero no imaginaban que, lo que hace tres años era un trato cordial entre 'colegas' con un mismo objetivo, se convertiría en un enfrentamiento. Y es que tres años son suficientes para acomodarse a no tener que compartir con nadie más las riquezas del mar.
Y a todo esto se suma el anuncio del cierre de la pesca de la sardina en el Golfo de Cádiz, debido a que ya se ha superado la cuota establecida para no esquilmar las aguas.
Tras estos dos varapalos, los pescadores afrontan una temporada inestable pero mirando hacia adelante con el convencimiento de que el mar sigue siendo su único medio de vida.