La solución Inditex, poco explorada

El relevo generacional -que no por ello familiar- en las grandes empresas no se resolverá a corto plazo. Los casos de Emilio Botín e Isidoro Álvarez se antojan aislados pues, pese a la avanzada edad de algunos presidentes, los expertos advierten de que «no es una cuestión de DNI». «Tiene que ver con las facultades de cada uno», puntualiza el profesor del IESE Josep Tàpies. «Hay personas que a los 65 están fatal y otras que, pasados los 75, casi se sienten pletóricos», explica. Muchos presidentes veteranos viven prácticamente por y para el trabajo, dice su entorno. Juan José Hidalgo, líder del emporio Globalia (Air Europa), es claro: «tengo 73 años y no me veo viejo, estaré aquí todo lo que Dios me deje porque... ¿dónde voy a estar mejor?».

La misma pregunta se hacen otros colegas suyos. Algunos, por contra, prefirieron apartarse aunque sin perder el control. Es el caso de Amancio Ortega (78 años), quien en 2011 dejó la gestión de su emporio Inditex en manos de Pablo Isla para centrarse en invertir su fortuna de 41.000 millones.