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El Papa saluda, ayer, a una familia en el Vaticano. :: A. SOLARO / AFP
Sociedad

El Papa ensalzará en Albania la armonía de las religiones

Francisco elige para su primer viaje en Europa el país más pobre y un modelo de islam pacífico, aunque hay temor por las amenazas integristas del EI

ÍÑIGO DOMÍNGUEZ ENVIADO ESPECIAL
TIRANA.Actualizado:

El Papa entra en Europa por la puerta de atrás, por la periferia, para sacarla a la luz. Su primer viaje en el continente es a la olvidada Albania, donde llega mañana en una visita de sólo once horas. Hace poco explicó por qué va allí: «Primero, han conseguido hacer un Gobierno de unidad de musulmanes, ortodoxos y católicos. Quiero decir a todos los pueblos: ¡Se puede trabajar juntos!». Con todo, pesa el temor a las amenazas del fanático Estado Islámico de Siria e Irak, que han aumentado la alerta de posibles atentados. El Vaticano, no obstante, asegura que no le constan «riesgos concretos» y Francisco se moverá en coche descubierto, como siempre.

El segundo motivo de la visita es el pasado de persecución religiosa de Albania, único país comunista que impuso el ateísmo en la constitución, en 1967. «¡Destruyeron 1.820 iglesias! Es un país que ha sufrido mucho», dijo el Pontífice. El padre Lombardi, portavoz vaticano, ha contado su impresión cuando era responsable del país desde Italia y al final de la dictadura aparecieron vivos tres jesuitas después de medio siglo de silencio. Como hizo Juan Pablo II en su visita de 1993, Bergoglio encontrará a dos de estos supervivientes, un cura y una monja muy ancianos.

El tributo a las víctimas de la represión era palpable ayer en la avenida principal de Tirana, Deshmoret Kombit, que acogerá una misa. Durante el régimen era escenario de desfiles de adhesión. Ayer estaba plagado con las fotos de 40 mártires cristianos, rostros contemporáneos, no estampas medievales. La plaza del altar ahora se llama Madre Teresa, de origen albanés y omnipresente desde el nombre del aeropuerto a las frases de la suerte que acompañan el café. «La fe de todas las religiones ha resistido oculta y luego ha vuelto a renacer», cuenta en el lugar de la misa Vilson, un joven fraile.

A un lado de la avenida se ve el surrealista mausoleo en forma de pirámide de Enver Hoxha, aún vacío porque todavía no saben qué hacer con él. Pero el centro de Tirana se ha transformado en una ciudad moderna, con bares de moda, jóvenes pijos con el último modelo de iPhone, en blanco. Aunque hacia las afueras todo sigue siendo bastante rural y se ven caballos entre los coches. Mucho cuatro por cuatro ostentoso con cristales ahumados de nuevos ricos y mafiosos varios. La corrupción es galopante y este mes han detenido al gobernador del banco central por llevarse cinco millones de euros.