Mas mantiene el suspense sobre la firma de la convocatoria del referéndum
El presidente de la Generalitat considera que el proceso independentista catalán sale reforzado tras el caso escocés
BARCELONA. Actualizado: GuardarArtur Mas sigue sin soltar prenda sobre cuándo firmará el decreto de convocatoria de la consulta, el último paso que necesita el proceso soberanista catalán para que el referéndum del 9 de noviembre esté listo, al menos desde el punto de vista organizativo, porque otra cosa distinta será la legal. La estrategia de la Generalitat pasa por guardarse la carta hasta el último momento para evitar que un Consejo de Ministros convocado de urgencia pueda suspender la ley de consultas antes de que Mas firme el decreto de convocatoria.
La promesa de la legislatura del líder convergente es convocar a los catalanes a votar en una consulta, amparada por una ley, ya sea catalana o española, que esté en vigor aunque sea por horas. «No entraré en detalles», dijo ayer horas después de afirmar que tenía «plazo hasta el viernes de la próxima semana, pero la convocatoria también puede ser inmediata». La vicepresidenta, Joana Ortega, habló de que es cuestión de «horas» aunque más tarde matizó que también de «días». De hecho, medio arco parlamentario catalán esperaba que una vez que la ley de consultas fuera aprobada este viernes, la norma saldría publicada en un diario oficial publicado en formato digital y acto seguido Mas firmaría el decreto de convocatoria.
El número dos de Convergència, Josep Rull, dio un poco más de luz y confirmó que la rúbrica no se produciría ayer -al cierre de esta edición no se había producido-. Las opciones a partir de ahora son varias: hoy o a partir del lunes para coger con el paso cambiado a Mariano Rajoy que iniciará un viaje a China y por tanto quien presidirá el Consejo de Ministros será Soraya Sáenz de Santamaría. Mas, con su secretismo, quiere preservar el acto, al que quiere dar la máxima solemnidad.
También corre por el Parlament la teoría de que dilatará la convocatoria hasta el próximo viernes y aprovechar toda la semana para desplegar una campaña propagandística y de presión a favor del referéndum.
El presidente catalán esconde la carta de la firma del decreto y se guarda también la de la prueba del nueve: qué hacer con las urnas cuando la consulta esté suspendida. Asegura que tiene un as en la manga que permitirá votar. No dice si ese naipe es el adelanto electoral. Ni si a esos comicios se presentarían los independentistas en una lista única. La decisión para cuando el Constitucional decrete la suspensión cautelar es una incógnita. Hasta entonces, la consigna es paso a paso sin pisar el freno. El presidente de la Generalitat no contempla de momento dar marcha atrás. Se siente arropado, cree que el proceso está fuerte, tanto por el vigor de la movilización social, la unidad de los soberanistas y por el contexto político. Y también por el efecto Escocia.
Escándalo institucional
A pesar de que el 'no' ganó por una mayoría clara, el presidente de la Generalitat hizo una lectura optimista. «El proceso político catalán continúa y va hacia adelante. Nos sentimos reforzados. Escocia nos ha mostrado que este es el camino, el único camino», afirmó. El soberanismo catalán se apoya en el ejemplo escocés para internacionalizar el conflicto catalán y para armar su argumentario: Escocia ha votado gracias al talante democrático de Londres, Cataluña quiere hacerlo igual, pero Madrid no le deja.
Por ello, Mas, que afirmó que es «más importante celebrar el referéndum que lograr la independencia», advirtió al Gobierno de que bloquear la consulta por la vía legal no resolverá el conflicto. «Un verdadero demócrata no bloquea un referéndum», reclamó a Rajoy, al que instó a presentar una oferta y negociar los términos de la consulta. Consideró además que es «escandaloso» que las institucionesdel Estado hayan dado por sentado que el Constitucional vetará la ley de consultas antes de conocer su contenido.
Y a los que albergaban alguna «ilusión» de que el 'no' escocés pudiera suponer una «sombra» para el proceso catalán, que se «desengañen», dijo Mas. Eso sí, reconoció que «no es positivo» que se haya frustrado la independencia porque el 'sí' suponía «un buen precedente» para que las instituciones europeas establezca un protocolo de actuación. Escocia es el ejemplo, según Mas, de cómo se resuelven los conflictos políticos en el siglo XXI. «Votar no divide», remató.