Fomento y Dragados empiezan a entenderse para reactivar la obra del puente en octubre
El Ministerio podría incluir en los presupuestos de 2015 una partida final que liquide los últimos sobrecostes del proyecto
Actualizado: GuardarEl Ministerio de Fomento y la empresa adjudicataria de la obra del segundo puente de Cádiz, Dragados, están condenados a entenderse y a resolver las diferencias surgidas en los últimos tres meses, que han llevado a paralizar los trabajos de construcción del nuevo acceso de la Bahía. De hecho, fuentes del Ministerio han confirmado a LA VOZ que hay expectativas de llegar a una solución muy pronto “ya que la totalidad de la obra está presupuestada y tiene garantizada su financiación”.
Dragados comunicó por escrito el pasado 6 de agosto a las subcontratas el cese de actividad hasta octubre. La empresa tiró por la calle de en medio sin explicar los motivos que la habían llevado a tomar esta decisión justamente cuando el proyecto se encuentra en la recta final . Sin embargo, el origen de la medida no es otro que un expediente de modificación de obra en el que se detallan todas las alteraciones que ha sufrido el proyecto y que no se encuentran recogidas en el contrato inicial de adjudicación.
Estas modificaciones técnicas no incluidas en el pliego de condiciones han provocado un sobrecoste y ahora Dragados trata de ajustar cuentas. Este periódico ha podido saber que la factura que pretende cobrar Dragados en concepto de imprevistos podría superar los 30 millones de euros, algo que suscita serias dudas, ya que la obra se adjudicó en noviembre de 2006 por 273 millones de euros y se encuentra ahora, según los Presupuestos Generales del Estado de 2014, en 473 millones de euros. De hecho, la propia ministra Ana Pastor aclaró el pasado diciembre durante una visita a Cádiz que la financiación del puente estaba garantizada y no había motivos para nuevos parones. Cabe recordar que la construcción del segundo puente arrancó en la primavera de 2007 con un compromiso de ejecución de 42 meses. Todo estaba preparado para su inauguración en las vísperas de la celebración del Bicentenario de la Constitución de 1812, sin embargo, un cúmulo de contratiempos hicieron imposible cumplir con la fecha prevista.
El proyecto ha sufrido en estos siete años de construcción tres modificaciones importantes con respecto al diseño presentado por el ingeniero Javier Manterola, objeto de la adjudicación a Dragados. Por un lado, el desembarco del tablero en la glorieta de El Corte Inglés se proyectó en un principio en altura, lo que obligaba a distribuir el tráfico de las avenidas de Las Cortes y Astilleros a través de túneles. Esta idea no convenció al Ayuntamiento ni tampoco a los vecinos y hubo que desarrollar en 2008 una nueva idea sobre plano para que el puente llegará a Cádiz a cota cero. La segunda modificación de calado fue la colocación de una plataforma tranviaria en el tablero central que permitirá en un futuro la circulación de un metro-tren. La tercera modificación técnica fue la sustitución del tramo móvil diseñado por Manterola por uno desmontable. Al margen de estos cambios, la obra ha ido engordando su presupuesto como consecuencia, entre otras cosas, de nuevos planteamientos en el cálculo de las pilas sobre el agua. Los dos años de retraso que ya acumula el proyecto también han servido para aumentar la factura. De cualquier forma, el propio Manterola ya advirtió en su momento que el precio de la adjudicación era muy ajustado para una obra de tanta envergadura, sin embargo, el Gobierno socialista y en especial la ministra Magdalena Álvarez hicieron caso omiso a esta recomendación.
Ante esta situación, Dragados utilizó el pasado agosto un resquicio legal que le permite la Ley de Contratos del Estado para paralizar la obra hasta la resolución del expediente. El Ministerio y el equipo técnico y jurídico de Dragados negocian desde primeros de mes una solución al conflicto y todo parece indicar que se ha llegado a un principio de entendimiento entre las partes para no demorar más el asunto. Fomento quiere acabar la obra cuanto antes y llegar a las municipales del próximo mayo con un proyecto casi terminado, mientras que Dragados quiere cobrar y no embarcarse en un parón eterno como el sufrido durante el verano de 2010. No hay que olvidar que otro atasco en la obra generaría más gastos para la constructora y quizás más dificultades para cobrar.
De momento, la actividad en los tajos es nula. Solo se mantiene un retén de unas cincuenta personas en las pilas 12 y 13 para ajustar el tablero atirantado. De hecho, la plantilla fija que tenía Dragados en el puente se ha distribuido por otras obras y algunos de ellos se encuentran en Colombia y Escocia atendiendo otros proyectos. Por lo que respecta al personal temporal de las subcontratas ninguno de ellos se ha incorporado al trabajo. La paralización de la obra obligó a estas empresas a dar vacaciones forzosas a su personal en agosto con la advertencia de que serían despedidos en septiembre si la obra no recobraba el pulso. Así ha sido. Las subcontratas aguardan ahora con impaciencia la llamada de Dragados para retomar la actividad.