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EE UU abre la mano al envío de asesores a primera línea de combate en Irak

MIKEL AYESTARÁN
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El envío de soldados estadounidenses a la guerra contra el Estado Islámico (EI) ha dejado de ser una línea roja, tal y como lo había descrito hasta ahora el secretario de Estado estadounidense, John Kerry. Cada día que pasa se conocen nuevos detalles del plan de Barack Obama en su guerra contra el EI, el último la posibilidad de enviar a combate asesores militares con el fin de completar el trabajo que no se pueda concluir desde el aire.

El general Martin Dempsey, el militar de mayor rango del país, desveló en una audiencia en el Senado que el presidente «evaluará la situación caso por caso. Si llegamos al punto en el que considere que nuestros consejeros deben acompañar a las tropas iraquíes en su ofensiva contra los objetivos del Estado Islámico, esto es lo que recomendaré al presidente». El secretario de Defensa, Chuck Hagel, dijo en la misma cámara que los ataques aéreos que tengan lugar en Siria se centrarán «en los santuarios» del grupo yihadista, «ello abarca sus centros de comando, sus capacidades logísticas y sus infraestructuras».

La alianza liderada por EE UU ya tiene respuesta por parte del mundo yihadista. Al-Qaida en la Península Arábiga y Al-Qaida en el Magreb Islámico, las dos franquicias más importantes del grupo, mostraron su apoyo a los yihadistas en Irak y Siria contra los ataques de la coalición internacional y emitieron un comunicado pidiendo el fin de los combates internos e instando a la unidad «contra la campaña estadounidense».

Guerra interna

Tras un periodo de colaboración en Siria para luchar contra el régimen de Bashar el-Asad, desde hace casi un año los grupos islamistas de la oposición viven una guerra interna en la que el EI ha logrado imponerse a los grupos locales, incluido el Frente Al Nusra, brazo oficial de AQ en Siria. Esta situación, sin embargo, no se produce de momento en Irak donde los grupos suníes locales han abierto las puertas a los yihadistas para expulsar al Ejército y alejar a las milicias chiíes y kurdas, que en las últimas semanas avanzan gracias a los bombardeos de EE UU.

Además de la lucha interna, el EI mantiene su pelea con El-Asad y sus baterías antiaéreas en Raqqa lograron abatir un caza del Ejército que atacaba posiciones en esta ciudad que desde mediados de 2013 es su bastión en Siria. Situada 400 kilómetros al noreste de Damasco, Raqqa es la única capital de provincia del país donde no hay presencia del régimen.