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Economia

Orange da por hecha la compra de Jazztel y no espera contraofertas

La operadora de cable se dispara un 6% en Bolsa aunque aún no alcanza los 3.333 millones que dará la firma francesa en su inminente OPA

J. A. BRAVO
MADRID.Actualizado:

«Una larga digestión de dos años». Es lo que espera tener ahora Orange, la filial europea de France Telecom, tras dar por hecha ayer la compra de Jazztel. Y eso que aún tiene que formalizar su oferta pública de adquisición (OPA) -tiene un mes para ello- por valor de unos 3.333 millones de euros, a razón de 13 euros en metálico por acción y dirigida al 100% del capital.

Cuenta, eso sí, con el respaldo previo del primer accionista y presidente de la operadora de cable, Leopoldo Fernández Pujals, quien el lunes por la noche anunció su visto bueno a venderle el 14,5% que controla, lo que le supondrá unos ingresos de casi 483 millones. Lo mismo decidieron el consejero delegado, José Miguel García, y el secretario general, José Ortiz, cuya ganancia se acercará a los 10 millones al no sumar más del 0,3% del capital social.

Asimismo, entre los tres y algunos otros directivos se repartirán otros 42,7 millones extra gracias a un bonus de 3,2 millones de títulos que ya se habían autoconcedido con el beneplácito de la junta. Esta circunstancia elevará el coste presumible de la venta a 3.377 millones, es decir, 1.000 millones más de los que la compañía francesa vio excesivos hace tan sólo un año.

Y es que Jazztel estaba en el punto de mira de Orange desde hace tiempo. Los números, de hecho, hacían más que atractiva la operación. Con los tres millones de clientes que aporta la primera, el nuevo binomio asciende al segundo puesto del mercado nacional en banda ancha y fibra -aventaja en 800.000 usuarios al tercero aunque aún queda lejos de los 5,9 millones de Telefónica- y se aproxima con fuerza al mismo lugar en móvil -su gran competidor, el binomio Vodafone-Ono, le gana por 700.000 clientes-.

El objetivo de la filial española de la multinacional francesa, según señaló ayer su consejero delegado, Jean Marc Vignolles, es crear el operador más «dinámico» en el ámbito de la convergencia de servicios (teléfono fijo y móvil, internet y televisión). Telefónica revolucionó este campo hace dos años con el lanzamiento de su paquete integrado Fusión, cuyo buen funcionamiento a base de las ofertas agresivas que le permitía su músculo financiero ha obligado a sus rivales a reaccionar.

«Una oportunidad única»

Para Vignolles, la empresa está ante «una oportunidad única» en este sentido. Por eso, el anuncio hecho el jueves pasado por Jazztel de que negociaba la posible adquisición de Yoigo, el cuarto operador de telefonía móvil, disparó las alarmas y precipitó una negociación que en Orange pretendían dilatar más para que Jazztel moderara su precio.

No fue así y el globo bursátil de la operadora siguió subiendo. Un 12,5% el lunes antes de ser suspendida de cotización por la CNMV -ayer retornó al parquet y se revalorizó otro 6,1% para terminar con una capitalización de 3.276 millones- y hasta un 64,3% en lo que va de año, nueve veces más que la subida registrada en el Ibex. Precisamente desde Orange anunciaron que el regulador del mercado investigará un posible uso de información privilegiada en los últimos días que habría encarecido los títulos de Jazztel.

Mientras, los fondos de inversión y bancos que controlan una parte similar a la de Fernández Pujals (otro 15%) aún no se han pronunciado. La lista la encabezan el británico Gobernance for Owners (segundo por importancia, con el 4,9%) y el estadounidense Fidelity (4,2%), seguidos de la firma Investment Partners (2,8%) y dos entidades financieras, la alemana Deutsche Bank (1,8%) y la francesa BNP Paribas (1,7%).

Desde Orange, que vinculan su OPA a que sea aceptada, al menos, por el 50,01% del capital -sin contar a los consejeros citados- y que Jazztel renuncie a su interés por Yoigo, sostienen que no necesitarán financiación adicional. No obstante, el lunes dijo que emitirá una «combinación de activos financieros» por un máximo de 2.000 millones para «preservar la solidez de su balance».

Calcula, eso sí, que obtendrá unas sinergias de 1.300 millones por «ahorros de costes de red (al compartirlas) y comerciales». Para el adjunto al consejero delegado de Orange, Gervais Pellisier, es «un buen momento» para invertir en España -que aporta el 10% de los ingresos del grupo y el 11% de su beneficio bruto de explotación (ebitda)- por los «síntomas de mejora» que presenta. «Lo peor ya ha pasado», apuntó.

Pero no pensarán igual los afectados por los 400 empleos que Orange suprimirá tras la compra, «los grandes perdedores -reconoció-. Se desconoce en qué condiciones saldrán.