Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, junto a su portavoz, Natasha Bertaud, tras presentar su lista de comisarios :: REUTERS
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El Juncker más político vira al este para reinventar la UE

Bulgaria, Eslovenia, Letonia y Estonia se quedan con cuatro de las siete vicepresidencias de la futura Comisión, de enorme poder ejecutivo

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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El eterno Jean-Claude Juncker, el líder de los viejos roqueros comunitarios, cumplirá el 9 de diciembre sus primeros 60 años. Para entonces, llevará ya 39 días al frente de una Comisión Europea que gobernará hasta 2019 y que está llamada a afrontar la peor crisis existencial de la UE en décadas. «En estos momentos sin precedentes, los ciudadanos europeos esperan de nosotros que ofrezcamos resultados. Los retos son enormes», aseguró el miércoles en Bruselas. Ni se inmutó. Muy a lo Juncker. Con una suficiencia que impacta. Medio mundo le esperaba, le analizaba, le juzgaba... ¿Quién desempeñará qué? «No ha sido fácil. Nunca es fácil. En casi 20 años de primer ministro de Luxemburgo he tenido que hacerlo muchos veces. Sé de qué va la cosa. Y éste es un equipo ganador. He dado las carteras a las personas, no a los países. Y sobre todo he elegido a políticos, no a funcionarios. Es la hora de la política», zanjó.

¿Quién desempeñará qué? El gran interrogante se resolvió a mediodía del miércoles. Y sí, como se barruntaba, hubo sorpresas. Quizá por estar a las puertas de los 60, quizá por haberlo sido todo en Europa (fue durante nueve años presidente del Eurogrupo, además de ser uno de los líderes comunitarios que diseñó la UE), Jean-Claude Juncker dio un puñetazo sobre la mesa, se liberó de las ataduras nacionales, y anunció una nueva era en el Ejecutivo de Bruselas.

Una etapa marcada por el gran peso que tendrán los países del este al copar cuatro (Bulgaria, Eslovenia, Estonia y Letonia) de las siete vicepresidencias creadas. Siete puestos clave que tendrán un enorme peso político y en las que no estarán Alemania, Francia, Reino Unido... Ni tampoco España, única potencia de estas cuatro que ahora la ostenta en la figura de Joaquín Almunia y que por ende la perderá a partir del 1 de noviembre, fecha en la que teóricamente empezará a funcionar la nueva Comisión tras ser ratificada por el Parlamento Europeo. Una Cámara, conviene no olvidarlo, que tiene la última palabra y que puede provocar la 'caída' de alguno de los 27 comisarios propuestos. Entre los señalados está el español Miguel Arias Cañete.

Pero este es futuro y el presente habla del golpe de efecto que ha logrados dar Juncker y que ha sido loado tanto por la prensa internacional -en especial el Financial Times, faro informativo comunitario que en su editorial habló de «decisiones astutas»- como por el núcleo duro de los centros de pensamiento bruselenses, como Bruegel o CEPS. La sorpresa llegó por dos vías y ambas, de considerable relevancia: primero, por el nuevo esquema ejecutivo y segundo, por el destino de los integrantes del Colegio de Comisarios.

En lo referido a la estructura, el luxemburgués ha decidido cruzar una línea roja y nombrar a siete vicepresidentes que acumularán enorme poder. Tanto, que dos, tres o incluso cuatro comisarios deberán rendir cuentas con ellos antes de aprobar sus respectivos proyectos. Juncker será la cabeza visible y el gran número dos, el presidente en la sombra, será el socialista holandés Frans Timmermans. «Será yo cuando no esté en las mejores condiciones físicas o mentales en las reuniones de la Comisión», bromeó el veterano dirigente socialcristiano en clara referencia a los numerosos ataques recibidos por su supuesta 'afición' a la bebida.

Timmermans, el número dos

La número tres será la conservadora búlgara Kristalina Georgieva, que velará desde el área de Presupuestos y Recursos Humanos para que la maquinaria comunitaria esté siempre engrasada. No tendrá un rango como el de Timmermans pero sí gozará de más peso moral que los otros cuatro vicepresidentes. He aquí otra de las grandes sorpresas. Con la excepción de la italiana Federica Mogherini (nueva jefa de la diplomacia) y el exprimer ministro finlandés y actual comisario de Asuntos Económicos -Jyrki Katainen liderará una macroárea destinada a la economía, la inversión, el crecimiento...-, los otros tres proceden del este, de pequeños países con escaso peso económico en la UE pero a los que Juncker ha recompensado por la trayectoria política de los candidatos propuestos, todos exprimeros ministros o ministros todavía en funciones. «Necesito líderes», recalcó el veterano luxemburgués. Se trata de la liberal eslovena Alenka Bratusek -se ocupará de Energía y será la jefa de Cañete-, del conservador letón Valdis Dombrovskis (Euro) y del liberal estonio Andrus Ansip, que liderará el gran reto de impulsar el Mercado Únido Digital europeo.

Crisis, Escocia, Rusia...

Bulgaria, Letonia, Estonia, Eslovenia... Y Polonia, que se ha hecho con la presidencia del Consejo Europeo con Donald Tusk. El este ha llegado a la cúpula de la UE para quedarse y lo ha hecho en un momento clave y asumiendo, además, los puestos con más peso de la historia reciente de la institución. Nada de premios de consolación o guiños a los más débiles. Un apunte. Los comisarios de las grandes potencias, léase Alemania, Francia, Reino Unido o España deberán rendir cuentas ante estos vicepresidentes, los cuales tendrán capacidad de veto sobre las propuestas legislativas que hagan Günther Oettinguer, Pierre Moscovici, Jonatahn Hill o Miguel Arias Cañete. En caso de disputa, Jean-Claude Juncker tendrá la última palabra.

En total, 5 antiguos presidentes de Gobierno, 4 vicepresidentes, 19 antiguos ministros, 7 comisarios que vuelven a serlo y 8 exeuroparlamentarios. De ellos, 11 tiene «una sólida formación económica y financiera y 8 tienen amplia experiencia en el ámbito de las relaciones exteriores». En lo político, habrá 15 conservadores, 8 socialistas, 5 liberales y un 'tory' británico. «Es mejor equipo para hacer frente a enormes desafíos», se felicitó Juncker.

Los hay para todos los gustos. Económicos -España lleva siete años en la UCI sumida en la Gran Depresión-, geostratégicos -grave crisis con Rusia desatada por el conflicto ucraniano- y políticos -referéndum escocés y desafío británico-. No caben medias tintas y Juncker, uno de los mayores animales políticos de la UE, se apoyará en el este para afrontarlos.