Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
ESPAÑA

El PSOE de Sánchez se enreda en cómo hacer frente al desafío de Podemos

Diversos dirigentes piden al secretario general que no centre sus ataques en la formación de Pablo Iglesias y se focalice en el combate a la derecha

PAULA DE LAS HERAS
MADRID.Actualizado:

Ni fue tan tranquilo como había anticipado el núcleo duro de la formación ni el primer Comité Federal de Pedro Sánchez como secretario general del PSOE despertó entusiasmos. La elección de un nuevo líder, el pasado julio, no ha acabado con los temores internos a un nuevo descalabro electoral y las dudas sobre cómo afrontar el desafío que supone, de cara a los comicios previstos para el próximo año, el auge de Podemos atenazan a los dirigentes socialistas. Tanto, que ese fue el principal tema de discusión durante el encuentro, por encima de otras cuestiones como las respuestas a la situación económica o la crisis territorial.

El detonante fue el discurso inicial del propio Sánchez. Fue él quien, con una contundente andanada contra el «populismo» situó al PP y a Podemos a la misma altura, los describió como dos grandes peligros para España y se refirió a ellos, de manera indistinta, como rivales a batir. Llegó a decir que entre ambos existe una «gran coalición de intereses» o que «hay que rebelarse frente a la antipolítica de unos y otros». Y a pesar de que no hay un solo socialista que no considere necesario desmontar el fenómeno de la formación de Pablo Iglesias, sus palabras fueron recibidas con preocupación.

«Podemos no es nuestro adversario de referencia; nuestro adversario es quien promueve la desigualdad, es la derecha», advirtió el presidente del Principado de Asturias, Javier Fernández. El gobernante autonómico, uno de los dirigentes con mayor reputación interna por su claridad de ideas, argumentó que no existen «soluciones inmediatas» frente a un movimiento que ha nacido del «miedo», que el PSOE está obligado a «apostar por la complejidad» frente a un discurso de fácil digestión y que su reto consiste en demostrar que son «la izquierda que habla de soluciones reales».

No fue el único en expresar sus inquietudes. Representantes de Andalucía, de Extremadura y de la corriente Izquierda Socialista se desmarcaron también de la rotundidad con la que Sánchez rechaza cualquier acuerdo postelectoral con Iglesias y los suyos. «No creemos distancias artificiales -se lamentaba en los pasillos otro dirigente regional- ¿Por qué no vamos a poder pactar? La gente que está en Podemos es gente que estaba con nosotros hace muy poco en muchos sitios». Es lo mismo que defendió el que fuera aspirante a la secretaría general, José Antonio Pérez Tapias.

Incluso en la dirección existen voces que alertan de la inconveniencia de convertir a esta formación de nuevo cuño en blanco de sus principales críticas. «Podemos es el resultado de nuestras carencias. Me interesa como síntoma de lo que está ocurriendo en la sociedad pero sería un error hacer de ellos nuestro problema; yo no comparto sus propuestas pero sí su diagnóstico», señala uno de los muchos barones que pasaron a integrar la ejecutiva del PSOE tras el congreso extraordinario del pasado verano.

Antisistema o aliados

El caso es que las posiciones no son en absoluto unánimes. En la poderosa federación andaluza también la consigna es descartar cualquier alianza postelectoral con una fuerza política que no para de crecer en los sondeos, tras los sorprendentes resultados cosechados en las europeas de mayo, en las que logró 1,24 millones de votos. «No pactaremos bajo ningún concepto, aunque sea imposible gobernar sin ellos -dicen fuentes cercanas a Susana Díaz-; que gobierne quien tenga mayoría. Con el PP no compartimos ideas pero con Podemos no compartimos la concepción del sistema».

Sin embargo, el secretario de Organización andaluz, Juan Cornejo, también marcó distancias con la aproximación realizada al fenómeno por el nuevo secretario general. Para empezar, rechazó calificar a Podemos de «populista». Pero además argumentó que no hay por qué descalificarla porque se trata de una formación que recibe votos de unos ciudadanos «muy respetables», como cualquier otra.

El cónclave se cerró finalmente sin una posición clara. De hecho, fuentes de la dirección argumentaron que no hay ninguna necesidad de decidir ya sobre algo que habrá que dirimir tras las elecciones. Entre otras cosas, dicen, porque ni siquiera está claro que Podemos vaya a presentarse a las municipales. «En junio veremos». No falta quien asegura que será la nueva formación política la que se negará a pactar para no cavar su propia tumba. Pero, de momento, Iglesias sostiene que no se cierra de antemano a ninguna alianza si esta se produce sobre bases programáticas.