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Susana Díaz posa con varias enfermeras ante la ambulancia donada por la Junta durante su visita al Centro de Salud en Tetuán. :: EFE
ANDALUCÍA

Susana Díaz defiende la cooperación con Marruecos de la mano del Gobierno

La presidenta dedica la primera jornada a dos centros financiados por la Junta y a una cena con autoridades del país magrebí en casa del embajador español

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Susana Díaz tuvo ayer especial cuidado en ejercer un papel discreto desde el punto de vista político en su primer viaje a Marruecos. La presidenta andaluza, que dedicó la mañana a conocer un internado de menores y un centro de salud en el norte del país financiados por la Junta, subrayó que su visita institucional a Marruecos estaba diseñada en colaboración con el Gobierno de España, en concreto con el ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo. Díaz eludió entrar al trapo en asuntos espinosos como la inmigración, pese a que Andalucía ha sido receptora de las dos avalanchas del pasado agosto y en esta comunidad son acogidos numerosos menores marroquíes llegados de forma irregular. Es más, enfatizó la cooperación con Marruecos de la mano del Gobierno en materias como innovación, rutas comerciales o energías renovables.

En esta actitud de perfil político bajo de la presidenta hay también una circunstancia del pasado. En la visita de Griñán de 2009 (la última de un presidente andaluz hasta ahora), su antecesor causó polémica al realizar unas declaraciones sobre el conflicto del Sahara, manifestándose del lado de Marruecos en su solución. Susana Díaz huyó en todo momento de polemizar con el Gobierno sobre el tema ahora candente, la inmigración. Díaz subrayó que en materia de inmigración «siempre va a estar del lado del Gobierno de España».

Respuesta a las críticas

La presidenta aclaró que había hablado de su viaje con Margallo este miércoles y que volverá a hacerlo hoy cuando termine el periplo para exponerle sus resultados. La aclaración es en realidad innecesaria, ya que es lo preceptivo en viajes internacionales de los presidentes autonómicos, como ella mismo recordó. La política exterior es cosa del Gobierno central y las autonomías no tienen competencia en ello. Pero a Susana Díaz también se le ha notado que al subrayarlo pretende ridiculizar las críticas recibidas por el Partido Popular en Andalucía, que le acusa de utilizar el viaje a Marruecos para huir del Parlamento y no dar la cara en asuntos de corrupción. La presidenta replicó a estas críticas con que la próxima semana comparecerá en el debate del estado de la Comunidad y que responde cada quince días al portavoz popular en las sesiones de control del Parlamento.

La andaluza avanzó además una sesión de trabajo con Exteriores sobre el futuro plan transnacional de España, Marruecos y Portugal, en el que Andalucía «tiene mucho que decir».

La buen sintonía con Madrid en su viaje quedó patente en la noche de ayer, cuando el embajador en Marruecos, José de Carvajal Salido, organizó una cena en su casa para la presidenta a la que invitó a un nutrido grupo de autoridades marroquíes, entre ellos el secretario general del Gobierno, Driss Dahak, y el embajador de Marruecos en España, Fadel Benyaich. Esta cena y los encuentros con el primer ministro, Abdelilah Benkirane, este viernes en el palacio real de Rabat, y con el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, Salaheddine Mezouar, constituyen los contactos políticos de la presidenta más relevantes a no ser que surja la sorpresa de ser recibida por Mohamed VI.

A falta de una agenda económica con delegación de empresarios andaluces como en otros viajes de sus antecesores, Susana Díaz se volcó en la vertiente de la cooperación al desarrollo, en la que la Junta tiene una gran experiencia, habiendo costeado 77 proyectos desde 2008 con 35 millones de euros, en su mayoría destinados a jóvenes, a mujeres y a centros de salud. Díaz pudo comprobar in situ dos ejemplos: la casa Al Atfal, en la ciudad costera de Asilah (Tánger) que atiende a adolescentes de zonas rurales y un centro de salud en una aldea de Tetuán pensado sobre todo para mujeres embarazadas de la zona.

En ambos lugares la presidenta fue recibida de forma discreta pero ceremoniosa por las autoridades locales. Díaz pareció disfrutar con la entrega de un ramo de flores por parte de Maryan Zian, una niña de 8 años, a la que llevó de la mano por todo el internado de chicos del campo que la Junta ha financiado con 240.000 euros. También se le vio departir interesada con un grupo de jóvenes médicas del centro de salud de la aldea de Tetuán, que atenderá a 7.000 personas y una media de 10-12 partos. La Junta ha construido 22 centros de salud de este tipo en el norte de Marruecos, algunos todavía sin inaugurar.