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Economia

De modesto reducto provincial a primer banco de la 'zona euro'

Fue creado por grandes comerciantes de Santander en 1857, si bien la familia Botín dirige la nave desde mediados del siglo XX

J. A. BRAVO
MADRID.Actualizado:

La historia del Santander tiene bastante que ver con la propia de España, con la que fue yendo acompasada muchos años hasta incluso superarla en la década de los 90 -con compras en Europa y su segunda gran expansión en América- y, sobre todo, ya en el presente siglo, su entrada en Estados Unidos y su consolidación en Reino Unido.

Para sus origenes hay que remontarse hasta el 15 de mayo de 1857, cuando la reina Isabel II autoriza a un grupo de grandes comerciantes de Santander a poner en marcha un banco de emisión que diera cobertura financiera a sus negocios de importación con América. Ya en 1875, perdida la facultad de imprimir papel moneda -que sería competencia exclusiva del Banco de España- se reconvierte en sociedad crediticia.

Es su consolidación -entonces forzosa- como un banco comercial que, tras un sistema rotatorio de presidencias repartidas entre los vocales de su junta, acabaría bajo la tutela de Emilio Botín y López, abuelo del hasta ayer 'número uno' del banco. Así, en 1920 se convirtió en su primer presidente con carácter fijo, aunque moriría en apenas tres años.

Sería sustituido por Saturnino Briz, emigrante retornado de Cuba bajo cuyo mandato se estrenó la histórica sede social del paseo de Pereda en la capital cántabra y se estableció una modesta red de sucursales, sobre todo provincial. En 1950, tras un breve mandato de Marcelino Botín López -tío abuelo del fallecido-, asume la presidencia Emilio Botín Sanz de Sautuola y López, buen conocedor de la entidad tras trabajar dos décadas como director general.

Centenario y creciendo

Con él se impulsa la gran expansión del Santander, primero consolidando su desarrollo nacional -la entidad había llegado a Madrid en 1942 para luego saltar a Barcelona en 1951- y después dando el primer salto al mercado latinoamericano (Cuba, Argentina, México, Venezuela...). En su primer centenario (1957), ya era el séptimo banco de España y dos años más tarde superaba la barrera de los 100 millones de pesetas (600.000 euros actuales) en su beneficio.

Poco después (1960) se estrenaría su hijo Emilio en el consejo de administración, un lugar que ya no abandonaría hasta su inesperado fallecimiento. Allí vivió de primera mano la creación de la primera filial latinoamericana del Santander (Argentina) y de Bankinter. Mientras, se promocionaba internamente: en 1967 ascendió a director general y 10 años más tarde sería nombrado consejero delegado, es decir, número dos.

La entidad, a su vez, proseguía su avance al otro lado del Atlántico. En 1968 llega a la 'Gran Manzana' -en 1987 ya estaría cotizando en la Bolsa de Nueva York- y en 1976 se instala en Puerto Rico. En 1982 le llega el turno a Chile y Uruguay, situándose así como pionera de la banca comercial en la región. Y tampoco da la espalda a su expansión europea: París en 1969 o Fráncfort en 1970 son sólo algunos ejemplos.

Tras dos décadas forjándose como directivo, alcanza la presidencia tras el retiro de su padre. Corría el año 1986 y el Santander estaba entonces centrado en consolidar un papel preponderante en Europa, en el que tiene una importancia decisiva su alianza británica con el Royal Bank of Scotland (1988). En España, mientras, se alza con el primer puesto nacional al quedarse con Banesto en 1994 tras la caída de Mario Conde.

Un lustro después llegaría la suma del Central Hispano, la primera gran fusión de la Europa del euro que, además, le daría el liderazgo en Latinoamérica. Allí hizo su segunda gran expansión a finales de los 90, centrada en Brasil, México, Argentina, Perú y Colombia. La tónica se mantuvo con el salto de siglo.

España se queda pequeña

Botín, eso sí, tenía claro que para ser el primero había que seguir sumando bancos a su imperio en el exterior: en 2004 el Abbey británico, en 2005 el Sovereign estadounidense -que terminaría de digerir cinco años después-, en 2008 el ABN Amro holandés y el Real brasileño, y en 2011 el Zachodni WBK polaco.

El modesto reducto provincial cántabro había ascendido en 150 años al cielo financiero internacional. Cumplido ese aniversario (2007), ya era el duodécimo banco más grande del mundo por capitalización. Hoy en día ocupa el tercer lugar por beneficios a nivel internacional y el primero de la 'zona euro' en valor.

Como ya hizo su padre con él, Botín también quiso que su hija se forjara dentro de la banca de cara a una posible sucesión futura -confirmada ayer-. Primero como presidenta de Banesto (2002) y después (2010) al frente de su filial en Reino Unido. Bajo su mando se consolida el dominio de los Botín sobre el Santander que, en números, se antoja triunfante. Un dato: al cierre de ayer valía en Bolsa 92.308 millones de euros; cuando nació en 1857 su capital social equivaldría a unos 3,75 millones.

El año pasado ganó 4.370 millones de euros, casi 33 veces más que cuando Emilio Botín se convirtió en presidente del banco en 1986. En estos casi tres decenios su plantilla también se ha disparado -cerca de 183.600 personas en la actualidad, 19 veces más-, al igual que sus activos -1,18 billones de euros, casi el doble que al comienzo de su mandato-.