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Sociedad

El título universitario influye cada vez menos en la obtención de un empleo

Un informe de la OCDE certifica que la crisis sigue alentando el crecimiento de 'ninis', que supone ya uno de cada cuatro jóvenes

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Tener una titulación superior no es una vacuna contra el desempleo en España. La ecuación de que a mayor formación más oportunidades de trabajo es un axioma con cada vez menos predicamento en la sociedad española. Un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) acredita que la educación «protege menos frente al desempleo en España» que en el resto de los países industrializados. No en vano, la proporción de parados que han cursado estudios universitarios o FP de grado superior alcanza un 14%, una cifra que triplica el promedio de los países de la OCDE (5%). El informe 'Panorama de la educación', que publica anualmente la entidad, certifica que los 'ninis' -los jóvenes de 15 a 29 años que ni estudian ni trabajan- representan uno de cada cuatro españoles.

El director de Innovación de la OCDE, Dirk van Damme, aseguró que pasar por la universidad no reduce en el riesgo de desempleo en el mercado laboral español tanto como en otros países. Una persona con estudios superiores en España tiene un 55% menos de probabilidad de estar en paro que otra que sólo cursó la ESO. En cambio, en la OCDE esta probabilidad es inferior en un 63%. Para la secretaria de Estado de Educación, Monserrat Gomendio, las expectativas de encontrar un empleo mejoran con el aumento de la comprensión lectora y la destreza en matemáticas, competencias en la que los alumnos españoles presentan graves carencias.

A la luz del estudio, España ha batido su propio récord en cuanto a la proporción de jóvenes que están mano sobre mano, sin ingresar en la escuela pero tampoco en la empresa. Un 25,79% de los españoles de edades comprendidas entre los 15 y los 29 años engrosan la nómina de los 'ninis'. En 2010 representaban el 23,8%, al año siguiente la cifra ascendía al 24,4% y en 2012 ya afecta a una cuarta parte de la juventud.

El hundimiento del sector de la construcción tiene la culpa de que muchos de los jóvenes que abandonaron los estudios y se alistaron en las filas del ladrillo estén ahora de brazos cruzados. El de España es un porcentaje muy abultado, dado que la media de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) representa el 15%.

No es un problema privativo de España, también se ceba con Turquía (29,19%) -el único estado que supera a España en la lista-, Italia (24,62%), Chile (22,33%), México (22,04%) o Irlanda (21,09%).

Así pues, el ejército de 'ninis' españoles es uno de los mejor equipados, hasta el punto de que recluta ya a 1.956.900 personas, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). En teoría, España lo tiene todo para formar para contar con un sistema escolar envidiable. La cuantía del gasto educativo con relación al PIB, el número de años de escolarización y la relación de alumnos por profesor son mejores que el promedio de la OCDE , pero los resultados académicos son más que mediocres. Por añadidura, el 60% de los estudiantes no terminan el último ciclo de la educación secundaria en el tiempo previsto.

Salario de los docentes

Para Gomendio, la calidad educativa no se mide exclusivamente por la inversión. El 80% del gasto corriente se destina a retribuir a los profesores, cuyo salario es de los más elevados de la OCDE. ¿Significa ello que hay que rebajar la remuneración de los profesores? Gomendio lo niega, pero echa en falta incentivos para los docentes que más se esfuerzan y mejores resultados obtienen. «En otros países hay más diversificación de la carrera profesional. El problema no es que los sueldos sean elevados, sino que es una carrera muy plana, en la que hay poca diferencia entre los ingresos mínimos y máximos».

Ante un mercado laboral con pocas posibilidades, la crisis está induciendo un regreso a las aulas y, por ende, una reducción del abandono prematuro. Además, la proporción de jóvenes adultos que se matriculan en algún programa de educación formal después de concluir la educación obligatoria (es decir, después de los 16 años) ha ido creciendo a un ritmo más rápido en España que en la OCDE. Antes de la crisis, en 2008, cerca del 81% de los jóvenes entre 15 y 19 años y el 21% de los de 20 a 29 años se hallaban inscritos en algún programa educativo. En 2012, estos porcentajes subieron hasta el 86% para los jóvenes de entre 15 y 19 años y hasta el 28% para los de 20 a 29 años.