Economia

La economía japonesa cayó más de lo previsto en el segundo trimestre

El consumo interno se derrumba por el efecto de la subida del IVA, lo que lleva al PIB a su mayor bajada en los últimos cinco años

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El segundo trimestre de este año fue para Japón todavía peor de lo que se anunció en un principio. Lo confirmó ayer el Gobierno, que, con más información y como suele ser habitual en el país del Sol Naciente, decidió revisar los datos iniciales. Desafortunadamente para el Ejecutivo que dirige el primer ministro Shinzo Abe, las estadísticas agravan la mala noticia que ya avanzaron el mes pasado: la economía del archipiélago cayó tres décimas más de lo publicado.

Los números rojos ascienden así hasta el 7,1% en tasa anualizada y el 1,8% con respecto al periodo enero-marzo de este año. Se trata del peor dato desde el primer trimestre de 2009, cuando el archipiélago recibió el mazazo de la crisis financiera que estalló al otro lado del Océano Pacífico. Ahora, sin embargo, la culpa de este primer paso hacia la recesión no se le puede echar a ninguna potencia extranjera. Está claro que es responsabilidad del propio Shinzo Abe y de su empeño por combatir el gigantesco endeudamiento del país con un aumento del IVA, que el pasado 1 de abril saltó desde el 5% al 8%.

Se esperaba un impacto considerable en el consumo interno, que genera en torno al 60% del PIB, pero ha superado las previsiones más pesimistas: esa variable se contrajo un 6% frente al primer trimestre y un 19,2% si la comparación se hace con el mismo período del pasado año. Eso hizo que las importaciones se desplomaran nada menos que un 20,5%, y que la inversión privada se contrajese un 9,7%. Por su parte, la demanda de las administraciones públicas no experimentó variación respecto al primer trimestre, cuando inicialmente se esperaba un crecimiento del 0,2%.

El dirigente nipón aseguró en agosto que el del segundo trimestre es sólo un bache con el que ya contaba, y prometió una rápida recuperación en la recta final del año. Pero los datos no parecen avalar tanto optimismo. En julio volvieron a caer el consumo de las familias y las ventas al por menor, razón por la que cada vez es menos seguro que Abe vaya a seguir adelante con su intención de aumentar otros dos puntos el gravamen de las compras en octubre del año que viene.

«Con la actual situación económica no parece que vaya a ser una decisión fácil de tomar», aseguró ayer a Bloomberg el analista de Nomura Minoru Nogimori.

Paquete de estímulos

Al contrario, el gabinete que lidera Shinzo Abe podría estar ya trabajando en un nuevo paquete de estímulo económico. Es lo que dejaron caer la semana pasada los ministros de Economía y de Finanzas del país, Akira Amari y Taro Aso, cuando afirmaron que no dejarán que la economía japonesa continúe su deriva hacia una nueva recesión.

Diferentes analistas económicos avanzan ya que la cuantía de dicho plan podría estar en torno a los dos billones de yenes (aproximadamente unos 15.000 millones de euros) pero advierten de que su efectividad no está garantizada. Y si falla toda la 'Abenomía' podría venirse abajo.